(*)
No dudan nunca, ni siquiera como una jactancia de su condición de intelectuales, como decía Rico.
Por el contrario, siempre tienen certezas y en todo caso, las transmiten a los demás, para generarles dudas.
Siempre ven claro como son las cosas, y fundamentalmente, como van a ser: pase lo que pase, ellos lo dijeron antes, lo vieron venir.
Son perfectamente coherentes, no tienen fisuras ni idas y vueltas; y desde esa asumida perfecta coherencia, subrayan con lupa las incoherencias de todos, aunque en realidad más bien de unos, que de otros.
Nunca tienen nada de que arrepentirse, en especial en política: nunca eligieron mal un gobierno, o el proyecto que votaron los defraudó.
Porque da la casualidad que nunca votan al que gana, siempre (al menos eso dicen cuando les preguntás, y aceptan decirte) se juegan por la izquierda, Pino, López Murphy o Carrió; lo cual los exime de la pesada carga de ser oficialistas, y defender a un gobierno
Porque da la casualidad que nunca votan al que gana, siempre (al menos eso dicen cuando les preguntás, y aceptan decirte) se juegan por la izquierda, Pino, López Murphy o Carrió; lo cual los exime de la pesada carga de ser oficialistas, y defender a un gobierno
Se discuta de lo que sea, te corren del lado que mejor les parezca: por derecha, por izquierda, por arriba o por abajo, eso sí: sin perder la coherencia.
Definen enseguida en una pelea quien es el más débil, y se ponen de su lado; teniendo en claro que el más fuerte siempre es el Estado, o la política.
Trasuntan ideología en cada cosa que hacen o dicen, pero siempre te hablan desde ningún lugar, y se molestan si ponés en duda su independencia, porque a ellos no los sujeta ni manea nadie, son espíritus libres.
Hablan de la pobreza y los pobres desde la comodidad de clase media con todo resuelto, y guarda con que dudes de su sensibilidad social.
O de la riqueza como si fueran lúmpenes, cartoneros, vivieran en la calle o conocieran el barro; y cuidadito con tildarlos de burgueses, o cosa por el estilo.
Como decía Jauretche, le viven enseñando al padre a hacer hijos: si la discusión es sobre derechos humanos, le enmiendan la plana a Estela de Carlotto o, Hebe de Bonafini, si es de economía saben más que Aldo Ferrer y Paul Krugman juntos; si es sobre periodismo, podrían darle clases a Verbitsky.
Aman esas categorías indefinibles, plásticas, que dan para cualquier cosa, como "progresismo"; y con las que etiquetan todo lo que ven; poniéndolo en un estante u otro.
Son, básicamente, insufribles.
O terriblemente pelotudos, elijan lo que más les guste.
(*) La imagen es simplemente ilustrativa, todos conocemos alguno, seguro.
3 comentarios:
Hay algo peor;
son los eternos INUTILES.
Nunca hacen nada mas que blabletear.
TNbaun anda con ganas de pelearle el Puesto de Pelotudo Mayor a Luisito Majul... Tiene su mérito porque parecía una tarea imposible ...
Creo que gana TNbaun, Majul espelotudo por nacimiento. Este HdP es pelotudo por decisión propia.
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