Salvo para el pensamiento neoliberal más rancio (fuertemente vinculado además a los negocios de la timba financiera), existe un consenso internacional bastante generalizado en que los orígenes de la ya prolongada crisis internacional de las "sub prime" hay que buscarlos en la falta de regulaciones públicas adecuadas de los mercados; en el marco de un modelo capitalista donde prima la valorización financiera.
Un modelo que fabrica productos típicos como los paraísos fiscales, los mercados de "derivados financieros", las calificadoras de riesgo y los fondos buitres; que nosotros estamos padeciendo en carne propia en éste último caso.
Un conglomerado de intereses con un fortísimo poder de lobby sobre los Estados, como se puede comprobar en el modo de resolución de la ya prolongada crisis europea: gigantescos paquetes fiscales de rescate a los bancos, contrastando con durísimos programas de ajuste y recortes de conquistas del Estado de Bienestar; en perjuicio de la mayoría de las poblaciones de los países afectados.
O en la escasa voluntad evidenciada hasta hoy por los países más poderosos en foros como el G 20, para regular estas cuestiones, o adoptar una ley internacional de quiebras soberanas de los Estados. Esta última cuestión sólo ha sido parcialmente suplida introduciendo las llamadas "cláusulas de acción colectiva" en las más recientes emisiones de deuda pública soberana en diferentes Estados; solución a todas luces insuficiente, de cara a la que está pasando con el caso argentino.
Pero como decía Scalabrini Ortíz, todo lo que se no regula explícitamente a favor de los más débiles, constituye una regulación implícita en favor de los más poderosos; que en éste caso y sin dudas son los intereses financieros internacionales, de los que los fondos buitres son apenas la cara más descarnada.
De allí que no extrañe que los que sostienen a todo trance la innecesariedad e inconveniencia de que el Estado regule los mercados financieros, pretendan al mismo tiempo construir en paralelo toda una institucionalidad trucha, gestada por los propios mercados para sostener e incrementar sus negocios; cueste lo que cueste.
La imagen de apertura corresponde a ésta nota de Ambito Financiero que da cuenta de la reunión de la ISDA (la "entidad" que nuclea a los que venden seguros de riesgo contra defáult); para evaluar el caso argentino, determinar si hubo o no defáult, y si hay que pagar o no los seguros.
La imagen muestra el costo de los CDS (crédit defáult swaps, o seguros de riesgo de créditos contra defáults) en ascenso (lo que implica que contratarlos fue cada vez más caro, porque se supone que las perspectivas de un defáult argentino iban en ascenso); y los montos operados, en caída: como la Argentina venía pagando puntualmente su deuda hasta que Griesa metió la cuchara, cada vez menos inversionistas creían necesario contratar CDS, porque no veían riesgo de defáult.
De modo que provocar o no un defáult, o determinar si lo hubo o no, no es simplemente una disputa teórica o académica: hay fortísimos intereses detrás, con grandes negocios de por medio: vemos acá que como esta buena gente entendió que hay defáult, se "dispararon" pagos por 1000 millones de dólares en concepto de seguros.
En ese sentido, es muy interesante lo que nos cuenta Ambito sobre quienes integran el "panel" de la ISDA: "los representantes de los siguientes bancos: Bank of America, Barclays, BNP Paribas,Citibank, Credit Suisse International, Deutsche Bank, Goldman Sachs International, JP Morgan Chase Bank, Morgan Stanley y de Nomura International. También participarán, como asesores, Mizuho Securities y el banco francés Société Générale. Además, cinco fondos y gestores de inversiones se sentarán a la mesa, pero sin poder de voto. Como había anticipado este diario días atrás, curiosamente uno de ellos es Elliott Management, que ganó el juicio contra Argentina en Nueva York. Los otros cuatro son: Blue Mountain Capital Management, D.E. Shaw, Eaton Vance Management y Pacific Investment Management.". (las negritas son nuestras)
Muy serio todo: los propios buitres que con su planteo (y las inverosímiles resoluciones a control remoto que le hicieron firmar a Griesa) buscan el defáult argentino, participaron de la discusión sobre si hubo o no defáult, de lo que a su vez dependen que cobren o no seguros millonarios.
Y los mismos que no quieren que exista una ley internacional de quiebras soberanas, consienten que organismos privados absolutamente cooptados por los mismos intereses financieros que medran con la deuda de los países (como también pasa con las "calificadoras de riesgo"), sea el que -supuestamente- decida si hubo o no defáult de un Estado con sus acreedores; que a su vez han firmado entre sí contratos que dicen claramente cuando se produce o no ese evento.
Y los mismos que no quieren que exista una ley internacional de quiebras soberanas, consienten que organismos privados absolutamente cooptados por los mismos intereses financieros que medran con la deuda de los países (como también pasa con las "calificadoras de riesgo"), sea el que -supuestamente- decida si hubo o no defáult de un Estado con sus acreedores; que a su vez han firmado entre sí contratos que dicen claramente cuando se produce o no ese evento.
2 comentarios:
Esto es justamente lo que no se dice en la mayoría de los medios:
que los mismos tipos que hacen efectivas las swap son los que están reclamando en el juzgado de Griesa. Por eso no se podía esperar otro resultado. Son estafadores con maquillaje institucional y lo asociaron a Griesa al negocio.
Y hay que bancarse acá al periodismo "económico" echandole la culpa al discurso de Kicillof.
Alguna vez habría que presentar un proyecto de ley sobre la responsabilidad profesional de estos alegres comunicadores.Pero claro, en una actividad sin regulación habilitante y sin consecuencias por mala praxis,los aventureros abundan. Porque siempre alguien les paga el combustible para la aventura.
El Colo.
Dólar estable, dólar ilegal en baja, bolsa en alza... ¿Y las consecuencias del default de Clarín/La Nación y Perfil?
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