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El parque de la discordia
Por Gustavo Víttori
Sin duda, las tardías discusiones suscitadas por el proyecto de construcción de cocheras semisoterradas en el parque Alberdi y el rediseño de la plaza -que cumplirá la doble función de cubierta de la nueva estructura y superficie utilizable por el público- han tenido el mérito de mejorar aspectos de la iniciativa y establecer políticas de futuro con mayores niveles de consenso. (o sea entonces que el proyecto original era una garcha, sacado sin consenso y sin pensar en el futuro)
Desbrozada la maleza de opiniones e intenciones de diverso cuño, (como ésta, y la de todos los interesados en el negocio) pero concurrentes en su efecto de detener la obra, (ah, no, eran las otras opiniones e intenciones entonces) el espacio se ve con mayor claridad. (sí, está hecho mierda, te digo) Y queda a la vista un terreno olvidado desde hace mucho tiempo, sombrío, húmedo y desgreñado, (¿Por culpa de quien, de Cristina, no tendrá algo que ver la gestión de Corral?) que sólo atrajo la atención cuando se lo percibió como un foco de explotable conflicto, un lugar apropiado para el ejercicio militante en este tiempo de violencia a flor de piel (uf, sí, unos pibes abrazando árboles para que no los talen son re violentos. La semana que viene largan con brigadas de mimos que hacen como que tiran tiros) y vindicaciones a la violeta. (y al jacarandá, y a las tipas, de eso se trataba: de defender a los árboles y plantas)
No obstante, es bueno que haya habido reacciones ciudadanas, (lástima que justo se les ocurrió reaccionar con éste tema ¿no?) porque más allá de sus motivaciones y trasfondos, (¿que serían, la violencia desencadenada?, ¿hacer guita en cambio es una motivación aceptable para vos?) algunas han tenido la virtud de aportar preocupaciones e ideas que redundarán en un mejor proyecto urbano.
Entre medio hubo de todo, como la abusiva invocación de la ley Nº 10.000 -de protección de los intereses difusos- ante la Justicia, (¿el abuso es invocar una ley pensada para frenar abusos?) norma tomada de sociedades maduras y responsables, y por tanto cuidadosas a la hora de poner en marcha los mecanismos de los tribunales, que tienen costos e implicancias. (obvio, no la vas a andar usando para impedir por ejemplo que trasladen la estatua del brigadier López a la plaza de Mayo; o para evitar que talen los árboles de la avenida Alem. Ah, no, pará...)
Hecha la consideración, me interesa abordar apreciaciones de uno de los objetores de la reforma de la plaza pobre y abandonada. Me refiero al Arq. Carlos María Reinante, un profesional de reconocida pasión santafesina y larga trayectoria en defensa del patrimonio urbano. Ahora, no coincidimos en los análisis urbanístico ni económico del proyecto en cuestión. (o sea te calentaste porque alguien con autoridad y conocimiento del tema opinó en contra del negociado, en el que algún interés debés tener. Mientras hablaba en abstracto, estabas en un 100 % de acuerdo con el tipo)
En consecuencia, no alcanza con mencionar antecedentes históricos y refrescar la visión ponderativa de Pradial Gutiérrez sobre el parque Alberdi en 1994, porque desde entonces han cambiado demasiadas cosas, empezando por ese espacio verde que hoy genera polémica. Máxime cuando se han pasado por alto en esa zona acciones tales como el bodrio posmodernista de la plazoleta Suiza también denominada “Paseo de los Novios”. (éste párrafo lo pusiste de puro gorila que sos, al sólo efecto de pegarle a esa parte porque la hizo el "Bataraz" Martínez)
En este marco, se inscribe el proyecto de reforma de plaza Alberdi, que aparece como factor de mitigación de un grave problema de saturación urbana. Y la alternativa de hacerlo mediante inversión privada en una ciudad cuyos fondos públicos son escasos (no tanto che, la Tasa aumenta cada tres meses, entra el Fondo Soja, más plata por coparticipación de la nación y la provincia, que la gasten al pedo es otro asunto. Igual, si te parece poco subimos el Inmobiliario al campo, que a la municipalidad le tocaría el 50%, y listo) y afronta un extraordinario cúmulo de desafíos en orden a los pasivos sociales, de infraestructura y de transporte público. (y los seguirá afrontando igual, aun cuando el negociado del parque se concrete; como tu propio diario está documentando en una serie de notas sobre "Las dos Santa Fe". ¿O eran para justificar éste curro con ese argumento?)
A este respecto, Reinante va más allá del urbanismo y hace una crítica al mecanismo de financiamiento, apuntando contra su componente privado. Más aún, habla de enajenación de un espacio público para beneficio privado, porque -sostiene- no se puede hablar de bien público cuando existe un usufructo privado por treinta años. (y no le erra ni medio te digo) Es el tipo de razonamiento amañado que ciega fuentes de financiamiento y esteriliza oportunidades de solventar obras necesarias. (es verdad: es el mismo razonamiento amañado de los que piensan que las deudas de los privados las tienen que pagar ellos y no el Estado, como pasó con la deuda del ente portuario. Pero así son los mañosos)
En vez de celebrar emprendimientos que canalicen hacia la ciudad fondos de inversión, se los pretende descalificar por su naturaleza privada y su connatural búsqueda de un legítimo beneficio. (bueno, vos descalificaste una protesta ciudadana por el medio ambiente y los espacios públicos, atribuyéndole intenciones ocultas que no especificaste, así que estarían a mano. Es más, gana él, lejos) ¿Cuál es el problema? ¿Es cuestionable que en vez de migrar hacia otras latitudes contribuyan a resolver en parte los padecimientos de una ciudad congestionada? (ajá, ¿y hacia que otra ciudad donde tengan la vaca tan atada como acá migrarían Benuzzi, CAM y Ponce Construcciones, si se puede saber che?)
El carácter privado de los fondos a invertir no altera la naturaleza ni la función pública de la plaza y el estacionamiento. (con la pequeña diferencia de que la primera es gratis, y el segundo pago, pero son detalles) Es más, duplica el espacio de uso público, amplía la oferta ciudadana. (¿la oferta de lugares para estacionar, la oferta de curros?) Se puede caminar o tomar sol, arriba, y estacionar, abajo. (al revés se complica: tomar sol bajo tierra sería medio difícil) Las cocheras subterráneas estarán a disposición del público que requiera su uso, sin que importe al efecto el capital que las construyó, (pero a ese capital sí que le importa, porque por 30 años va a cobrar por los alquileres de esas cocheras) que además será el que pague los sueldos que la prestación requiera y se haga cargo de los costos de mantenimiento. (lo menos que puede hacer, porque la levantará con pala. ¿Estás reclamando que esos gastos corran por cuenta del Estado, acaso?)
Por cierto que ese servicio deberá remunerarse, (es bueno que lo aclares, porque hasta acá parecía que era gratis) como en cualquier playa de estacionamiento, (recordemos que éste diario pide poco menos que la pena de muerte para los "trapitos") y ésa será la forma de repago de la inversión y, andando el tiempo, (un par de meses, a juzgar por los cálculos más pesimistas) la renta del capital. Nadie aplica a un proyecto 50 millones de pesos (que hoy ya son más) (¿como crecieron si la obra todavía no arrancó? a éste paso van a ser más que las inversiones de los chinos en las represas de Santa Cruz) sin la expectativa de obtener una ganancia. Sólo que en este caso, en vez de una clásica apuesta por acciones o bonos, (o soja, que es más rentable) habrá un desembolso para resolver en el plano físico problemas urbanos de incontrastable dimensión pública. (esperá que ya organizamos el acto de homenaje a estos verdaderos ciudadanos ilustres)
(*) Las negritas son nuestras, el original completo del Loco Lindo acá, en su propio diario.
6 comentarios:
Vittori,gordo impresentable,coimero, que confunde verborragia con ideas.
De profesión heredero.Gastador.Extorsionador mediático.Y que se propone como la reserva espiritual de la Ciudad.
Curón y militarista.
Un factor de atraso social, con el cerebro en el siglo XIX.
Lo hubieran subido al Sampán sin pasaje de vuelta.
Coincido con el comentario anterior, pero lo hubieran subido al Sanpam a Gusano y José Luis Vittori, a Nahuel Caputto, a Benito Correnti, a Marcelo Vorobiof y sus gerentes ladrones lameculos, a Mario Barletta y a José Currín Corral, a Simoniello, a Henn, a la Chucha Molina, a Pablo Tabares y su familia, a los Ponce, a los sionistas de CAM, aunque había más lugares que hasta alcanzaba uno para Josema Arancedo.
Vittori es una de las pocas posibilidades que tiene Santa Fe de convertirse algún día en una ciudad pujante y progresista y dejar de ser un lodazal mediocre y miserable, habitada por personajes de baja estopa y chatos como los que comentan más arriba.
Ojalá hubiesen muchos más como Vittori, quien está detrás de los principales proyectos desarrollistas de la ciudad, como son la nueva terminal portuaria y el parque de la constitución nacional que va a ser un orgullo para todos lo santafesinos, y que venía postergándose desde 1853.
Eduardo Tedesco
Víttori es un gordo bufarra que está detrás de todos los negocios que se pueden hacer en la ciudad, al amparo de su poder de extorsión al poder político a través de sus medios. Un ejemplo es el nuevo puerto, "elegido" curiosamente donde su socio en El Litoral compró antes terrenos por monedas, y donde él y sus amigotes no pondrán un centavo de sus bolsillos. Ni siquiera lo que costaron los estudios de "prefactibilidad" que tenía que pagar el Ente, para lo cual se endeudó, y lo terminará pagando la provincia. Un capitalista bárbaro, con el dinero ajeno; incluyendo la parte del que explota y negrea a sus empleados. Y en todo caso será "estofa". De "estopa" son los giles, como vos.
Jajaja, publicás lo que te conviene nomás vos.
Bien democrático y pluralista lo tuyo.
Ya sé con que bueyes aran en este blog.
Saludos,
Eduardo Tedesco
Ajá, viste. Para sobarle la quena al gordo tenés disponibles las páginas de su diario, besitos
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