EL NEGOCIO STOLBIZER

La profusa exposición mediática de Margarita Stolbizer (una Elisa Carrió con más potasio y menos caroteno) hace olvidar por momentos que viene de protagonizar hace menos de un año un sonoro papelón encarnando la candidatura presidencial del “progresismo”; con aquélla absurda campaña de “yo ya gané”, y recolectando el 2,5 % de los votos.

Nos dicen que las encuestas las sitúan “como la segunda política con mejor imagen del país, después de María Eugenia Vidal”, y se supone que su “explosivo crecimiento” obedece a las denuncias contra Cristina.

La suposición es valedera: fuera de eso, no se le conocen a Stolbizer ningún tipo de actividades productivas, dentro o fuera de la política: ¿o acaso alguien puede recordar algún proyecto suyo en el Congreso, o alguna participación relevante en algún debate legislativo?

Supongamos además que las encuestas sean ciertas, y que se reflejen el año que viene en eventuales votos a una eventual candidatura de Stolbizer, en la provincia de Buenos Aire, su distrito.

La pregunta es de dónde vendrían los votos de Stolbizer, a la que tientan para sumarla tanto Massa como el macrismo: desde ya que hay que descartar que del kirchnerismo porque su único fin visible en la vida es hacer denuncias contra Cristina.

Tampoco ha descollado hasta acá por una feroz oposición al gobierno de Macri y sus políticas, sino más bien todo lo contrario: por momentos parece obsesionada en dar muestras de obsecuencia al presidente, como ir a Olivos a presentarle su libro “contra la corrupción k”; un manual de ayuda que le aporta libreto al gobierno en su principal herramienta política, con la que encubre su espantosa gestión.

O decir idioteces descomunales como ésta, reaccionando ante la Marcha Federal yendo más lejos que cualquier dirigente del PRO, o funcionario del gobierno.

Si su cruzada contra la corrupción k hace subir a Stolbizer en las encuestas, todo hace pensar que los que la votarían son los que nunca votaron ni votarían al kirchnerismo, y los que -en cambio- votaron a Macri el año pasado, y eventualmente no lo harían ahora, desencantados con su gobierno.

Con lo cual la única explicación posible de tanto súbito interés por la “amenazada” Stolbizer (al fin y al cabo, un cuatro de copas  de la política nacional) por parte del macrismo es evitar que se les fuguen esos votos, con el riesgo de que si la suma a sus listas, es posible que se vayan a otro lado, por ejemplo a Massa.

Como sea, pareciera que coqueteando a Stolbizer están pescando en la propia pecera, que ya ni siquiera sería el 51,34 % de Macri en el balotaje, sino aquél 24 % del núcleo duro anti k de las PASO, o el 34 % de la primera vuelta.

Así las cosas el negocio parece que lo estaría haciendo Stolbizer, siempre que termine jugando sola, porque sumándose (a Macri, o a Massa) termina confundida en el montón. 

Y siempre que entendamos que el “negocio” consiste apenas en renovar su banca y eventualmente colocar algún otro legislador de su sello de goma (el GEN) por arrastre, porque haga lo que haga, Stolbizer va a seguir sin mover el amperímetro.