Esa promesa la está cumpliendo: somos el supermercado del mundo; del primer mundo, claro. Somos el supermercado, y ese mundo es nuestro dueño. Cada uno de nosotros es un repositor externo: un trabajador precarizado, sobreexplotado, y que lo echan cuando quieren.
2 comentarios:
Es un post de mala leche.
Esa promesa la está cumpliendo: somos el supermercado del mundo; del primer mundo, claro. Somos el supermercado, y ese mundo es nuestro dueño. Cada uno de nosotros es un repositor externo: un trabajador precarizado, sobreexplotado, y que lo echan cuando quieren.
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