LA FRASE

"CON CRISTINA FALTABAN VASITOS DE STARBUCK'S, AHORA NO VA A HABER YERBA MATE, ES ARGENTINA Y HAY QUE ACOSTUMBRARSE A QUE ESTAS COSAS PASAN." (LUIS CAPUTO)

miércoles, 4 de diciembre de 2024

LA CRUELDAD AL PODER

 

No es la primera vez que a los afiliados del PAMI les recortan la cobertura en medicamentos, menos cuando gobierna la derecha. De hecho, la cobertura integral que tuvieron en los gobiernos de Néstor y Cristina fue la excepción que confirma la regla.

Tampoco es ésta medida el único ajuste que está ejecutando este gobierno sobre sectores vulnerables, con la excusa del mal uso de los beneficios, o su indebido aprovechamiento: las turradas siempre encuentran en éste país una excusa para justificarse, y gente dispuesta a creer en esas excusas; que conoce un tío que pide medicamentos que no necesita, o un vecino que se queda con un paquete de polenta destinado a un comedor comunitario. La hijoputez se alimenta del prejuicio, siempre, y este gobierno es experto en manipular ambos en su beneficio.

Impacta sí, una contradicción notoria que puede observarse: estamos asistiendo por estos días a la etapa final del blanqueo de capitales más generoso de la historia para con los evasores, fugadores, lavadores de dinero y -muy posiblemente- narcotraficantes. Esos a los que el presidente calificó como héroes en sus tiempos de candidato, y de los que Macri (que era y seguramente es aún uno de ellos) decía que se habían visto forzados a evadir impuestos y fugar capitales, para escapar a la voracidad del Estado.

A toda esa buena gente no se le pide documentación ni explicaciones sobre como hizo ese dinero que hasta acá negaba -a los ojos del fisco- haber hecho, con tal de que lo traigan y lo tengan un ratito en un banco como para engordar los números de las reservas del Banco Central. Si a los 10 minutos se lo quieren volver a llevar, no hay problemas. Tampoco nadie les pregunta como es que siguieron evadiendo y fugando incluso cuando gobernaban los "amigos del mercado", o por qué es necesario lanzar un nuevo blanqueo en cada gobierno, incluso antes de que cambie.

En cambio los que necesitan algún tipo de ayuda o asistencia del Estado -que el propio Estado sabe y le consta son cada vez más, no menos- como ahora les pasa a los jubilados con los medicamentos, están siempre en período de sospecha, respecto a ellos siempre se invierte la carga de la prueba, y deben demostrarlo todo: que son viejos, que son pobres, que no les alcanza para comer y comprar medicamentos, que están enfermos y necesitan esos medicamentos para no enfermarse ni morirse, y así.

Esa vergonzante declaratoria de pobreza tampoco es la primera vez que la vemos, menos con éste gobierno: ya nos han obligado a completarla para acceder a los subsidios a las tarifas, tener la SUBE o mantener una pensión no contributiva. Lo que es novedoso, en cambio, es la impudicia con la que el gobierno justifica estas forradas, sabiendo -y acá está el verdadero problema- que tiene audiencia bien predispuesta para el discurso de la crueldad: no solo hacen el mal y son -en palabras de Néstor- poderosos con los débiles y débiles con los poderosos, sino que se vanaglorian de ello.

El darwinismo social en la Argentina, la ley de la selva, la supervivencia del más apto siempre han existido, pero nunca antes fue tan explícito como credo oficial de las políticas públicas: ni siquiera las dictaduras se jactaban en público de sus crímenes. 

Subyace en todo esto -y pretende ser la justificación- que hay personas "útiles" a la sociedad (para Milei y su recua, los más ricos), que buscando su propio provecho individual, la harían crecer y progresar, "derramando" parte de su riqueza. Y el resto (jubilados, desocupados, precarizados, discapacitados) son una carga molesta para la sociedad, gente a la que hay que dejar librada a su suerte para soltar lastre (lo que el Papa ha llamado la cultura del descarte), o hacerla pasar por mil y un trámites para conseguir algo, con la  esperanza de que mueran en el intento, y se dejen de joder.

Cualquier similitud con la idea de sociedad -por caso- del nazismo, no es pura casualidad. Pero el problema -no menor- es que al igual que pasó con las bestias pardas, no se trata simplemente de las alucinaciones de un puñado de loquitos que circunstancialmente tomaron el poder y conducen el Estado: están allí porque millones los pusieron con su voto para que -en buena medida- hagan lo que están haciendo.

Y no son pocos los que aplauden la maldad y la crueldad -como la que ahora les dispensan a los jubilados con los medicamentos- diciendo "es exactamente lo que voté". Tuits relacionados: 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Queridos compañeros. Una de las mejores notas que han publicado. Desgraciadamente la angustia, desazón, tristeza, van en aumento. Que Dios se apiade de nosotros.Fuerte y fraternal abrazo