AHORA SÍ, ACÁ SÍ

En la Nación no se puede, ni reformar la Constitución, ni pedir la reelección; porque es poco menos que un crimen de lesa humanidad.

Y los primeros en saltar cuando se habla de reforma son, justamente, los "académicos"; los "maestros del derecho" de los que hablaba Jauretche.

Aunque la reforma del 94' haga agua por los cuatro costados, porque el modelo de país para el que estaba pensada fue repudiado por la mayoría, y desde entonces -en términos políticos, económicos, sociales- es como si en el país y en el mundo hubieran pasado mil años.

Incluso aunque las cosas que están vigentes (tristemente) de aquéllos años clamen cambios, o aunque sea necesario que terminemos con la farsa de un Estado económicamente liberal (el de la Constitución) con el cual el 70 % de los argentinos no está de acuerdo.

Pero acá en la provincia es distinto, viste, acá si se puede; y está bueno y es justo que el gobernador puede ser reelecto.

Ojo: nosotros estamos de acuerdo, como siempre estamos de acuerdo con que sea el pueblo (cuando vota) y no una cláusula constitucional, quien determine si alguien puede o no gobernar.

El problema lo tienen ellos, los republicanos; que en un caso dicen que no se puede tocarle una coma a la Constitución; y en el otro abogan por la reforma, porque hace falta.

Como los "académicos" estos que -dicho sea de paso- mal no la pasan con el progresismo, que les orquestó un sistema para que peguen el salto en masa de la cátedra (que no dejan) a cargos en la justicia provincial, pero eso sí: de un modo muy republicano, y respetuoso de las instituciones y la división de poderes.

Si ésta es la opinión de los académicos, no vemos porque no habría que pedirles opinión a los hinchas de Independiente.