LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

lunes, 13 de abril de 2015

FIN DE SEMANA DE PELÍCULA


Se cerró anoche con las victorias del FPV en las PASO de Salta y en la elección de intendente de Zapala, triunfando sobre el mismísimo MPN; pero había empezado antes, cuando desde los propios medios opositores se tomaba nota de la recuperación de la imagen de Cristina y su gobierno, y de la posibilidad concreta de que el kirchnerismo vuelva a ganar en octubre.

Antes de que se conocieran los resultados de anoche, pudimos ver el sábado las insólitas declaraciones de Lorenzetti en un reportaje plagado de centros de Adrián Ventura (¿el verdadero conjuez de la Corte?) sobre un presunto proyecto del gobierno para ampliar el número de miembros del tribunal; reportaje desde el cual juega un rol político, no obstante intentar desmentirlo en cada una de las respuestas.  

Un consejo chicos: un privilegiado que tiene garantizado su cargo a perpetuidad y se ha autoexcluido de pagar Ganancias por su abultado sueldo, que conduce el más desprestigiado -lejos- de los tres poderes del Estado y viene de protagonizar hace poco un sonado papelón con la causa del atentado a la embajada de Israel, no sería exactamente el modelo de héroe civil o potencial referente que estaría buscando el hombre común de la calle.

Antes de eso, y apenas un par de días después de que desde el oficialismo se alzaran diferentes voces (Aníbal, Randazzo) señalando que las discusiones en paritarias tuvieron continuidad todos estos años por la decisión política de los gobiernos kirchneristas de que así fuera, el presidente de la UIA Méndez -en una declaración de inesperado tono oficialista, si bien se la mira- no hizo más que ratificar la afirmación; al sostener que en un país normal, no existirían las paritarias o no serían necesarias, porque no existiría la inflación.

Todo esto mientras mostró los dientes de cara -justamente- a la apertura de las paritarias diciendo que no concederán más que un 15 o 20 % de aumento (mientras dicen que la inflación está muy por encima de eso, como si además ellos no tuvieran responsabilidad alguna al respecto); y que de ninguna manera los empresarios absorberán el costo de neutralizar la incidencia de Ganancias, vía un aumento mayor de salarios.

Un mensaje muy esclarecedor para cierta dirigencia gremial (de un amplio arco que va de Barrionuevo a Pitrola, pasando por Moyano) que de un tiempo a ésta parte convirtió al Estado en el blanco de su furia, corriendo del eje a la patronal: mientras ustedes reclaman por algo que afecta a menos del 10 % de los trabajadores (si se considera en el conjunto a los informales), los popes empresariales están aprovechando la volada para lanzar el globo de sonda de frizar en un futuro gobierno la herramienta más poderosa con que cuentan para defender a sus representados. Fíjense, pueden estar quedando como boludos. 

En tanto pasó la histórica cumbre de Panamá, con el no menos histórico discurso de Cristina (completo acá); cuya trascendencia es reconocida unánimente en el continente, mientras se la intenta ningunear en el país: las tapas de Clarín y La Nación del domingo al respecto denotaban que, o no enviaron corresponsales a la cumbre, o la vieron desde acá por televisión; pero con el volumen del aparato apagado.

Un dato de interés al respecto es que ningún dirigente opositor de fuste dijo ni mu respecto del discurso presidencial, ni para apoyarlo (cosa que no era de esperar), ni para criticarlo; lo que hubiera significado quemarse como bonzo, aun ante parte de su propio electorado.

Este silencio debe interpretarse en conjunto y en contexto con otro: el que guardaron esos mismos referentes respecto al exabrupto de Méndez sobre las paritarias; dos hechos reveladores de que el kirchnerismo y Cristina siguen ocupando claramente el centro de la escena política, y desde allí determinan si no la agenda, los límites de lo que se discute, o de lo que se puede o no decir en público; bajo riesgo de tener que pagar costos políticos.

Si alguien llegara a la conclusión de que un triunfo opositor en octubre abriría las puertas para una etapa sin paritarias, y con un alineamiento internacional incondicional con la política exterior de los EEUU (es decir, dos características propias del menemato), el silencio opositor en ambas cuestiones no ha hecho mucho por disuadirlo de la idea.   

El mismo sábado por la noche, tras el discurso de Cristina, el Grupo Clarín desconocía las leyes de la física, que dicen que una bala pierde poder cuanto más se aleja del lugar desde el que la lanzaron; y pretendía estirar el potencial dañino del caso Nisman (su bala de plata para terminar con el kirchnerismo), sentando a Arroyo Salgado en la mesa de la embajadora cultural de Binner; junto con los organizadores del mega-evento que congregó a 50 personas en homenaje al fiscal fiestero, el pasado 18M. El contraste de escala entre uno y otro acontecimiento no pudo planearlo ni el mejor estratega comunicacional del oficialismo. 

Pero volviendo a la elección en Salta, se dirá que los resultados de un distrito concreto para cargos provinciales no son trasladables -sin más- al plano nacional y a las elecciones de octubre y en buena medida es cierto. Sin embargo, habrá que recordar el aserto en las próximas elecciones provinciales por venir, como las PASO santafesinas del domingo que viene, o las porteñas del siguiente; no sea cosa que -al calor de los resultados- cambiemos el argumento.

En Salta y en Zapala el PRO hizo sapo, denotando los límites de su construcción, cosa que -casi con seguridad- le sucederá al massismo en Santa Fe y en la CABA; y ambos tuvieron que "esconderse" en una seudo Unión Democrática hace poco en las municipales mendocinas, para cantar una victoria. La desgajada UCR festejó ahí, para padecer ayer en Neuquén y Salta; y obtendrá seguramente resultados menos auspiciosos que los que espera en la Capital, y compartidos con el socialismo en Santa Fe.

Por el contrario, el denominador común en todos esos distritos es que el FPV es la única fuerza verdaderamente competitiva en términos electorales de un extremo a otro del país; constatación que se corresponde con lo dicho al principio -y corroborado por el propio dispositivo mediático opositor- sobre sus perspectivas de cara a octubre.

Probablemente el hecho de que permanezca compitiendo en las elecciones nacionales con la misma sigla desde el 2003, y reteniendo el núcleo duro de sus alianzas, algo influya al respecto; por contraste con un arco opositor que se une, se fragmenta y se vuelve a reacomodar, una y otra vez, sin solución de continuidad. 

La constatación de estos hechos ha motivado -sin dudas- que desde los verdaderos articuladores de la oposición al gobierno nacional estén forzando el armado de la "Unión Democrática" opositora a como dé lugar; desde la difundida y desmentida reunión Massa-Magnetto, hasta otra columna más de Pagni incursionando en la interna del FPV en la provincia de Buenos Aires, y soñando con que se baje Massa y acepte hacer una entente con Macri para derrotar al kirchnerismo.

De todos modos, el caso salteño demuestra que está por verse si una estrategia polarizadora favorece más a la oposición, o a un oficialismo cuyo principal problema -hoy por hoy- está en encontrar el modo más inteligente de zanjar la disputa interna por las candidaturas, tanto en la elección presidencial, como en la estratégica provincia de Buenos Aires.

En ese sentido la foto final de anoche (con todos los presidenciables festejando juntos el triunfo de Urtubey, sin disputar protagonismos; y con el propio gobernador salteño agradeciendo a Cristina) marca el camino más racional a seguir. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lorenzetti quiere jugar de 9 en El Porvenir,cuando Ventura vuelva a ser el DT.
Son dos genios incomprendidos:
Ventura como DT y Lorenzetti como jurista.
Uno descendió a la D, y el otro debe volver a hacer el CBC después de su inolvidable declaración de "cosa juzgada" en la causa AMIA.
El Colo.