LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

miércoles, 16 de noviembre de 2016

UN BONFATTI SON TRES CAPUTOS


Todo el mundo está más o menos al tanto de que en el presupuesto nacional para el año que viene que aprobó Diputados y se apresta sancionar el Senado hay un artículo por el cual se le condonan deudas por 19.000 millones de pesos a las distribuidoras eléctricas, por la compra de energía a CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico).

La mayoría de las críticas apuntan a Edenor y Edesur, que prestan el servicio en la Capital Federal y los partidos del conurbano bonaerense, especialmente a la segunda, uno de cuyos accionistas es "Niky" Caputo.

Sin embargo, el "perdón" en ese caso alcanza a los 430 millones de pesos y la parte del león se la llevan las distribuidoras provinciales, porque fue una de las monedas de cambio que los gobernadores negociaron con Macri para que los legisladores que les responden levanten la mano y le voten el presupuesto.

Como Schiaretti, que se vio beneficiado con un "pagadios" de 5.400 millones de pesos adeudados por la EPEC, o como Lifschitz: la EPE (distribuidora estatal santafesin) zafó de pagar 1282 millones de pesos, el triple que Edesur, por ejemplo.

Hace unos tres meses atrás en ésta entrada nosotros explicábamos como el gobierno de Bonfatti "defalteó" el año pasado su deuda con CAMMESA, dejando de pagar la electricidad que le compraba con el argumento de que el gobierno de Cristina no le enviaba los fondos pactados para hacer obras, a cambio de mantener sin cambios las tarifas de la electricidad en la provincia.

Lo que no dijeron es que los fondos no llegaron, porque pese a lo pactado el socialismo volvió a aumentar las tarifas en los dos años, pese a que a su vez el costo de la electricidad estaba subsidiado; y por supuesto una ínfima parte de los recursos del tarifazo fueron a parar a hacer obras: ver las cifras respectivas en el post anterior.

O sea que al hacerse perdonar la deuda a cambio de votar un presupuesto que contempla -entre otras cosas- recortes de gastos en educación, salud, ciencia y técnica y nuevo endeudamiento externo por 60.000 millones de dólares, lo que consiguió Lifschitz fue que la nación subsidiara los tarifazos de Bonfatti.

Y el periodismo amigazo local nos dice que hicieron negocio:


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