Con hondo pesar republicano, leíamos las declaraciones del gobernador en el diario del Loco Lindo: "Durante estos 18 meses de gestión hemos tenido una gran amplitud, una gran generosidad política. Hemos estado al lado de cada intendente y jefe comunal, de cada legislador del Frente sin mirar a qué sector pertenece, a qué partido, a qué grupo. Hemos tratado a todos por igual con la misma apertura, con el mismo diálogo, con la misma vocación de resolver problemas y hacer obras. Hemos tratado de la misma forma a muchos presidentes e intendentes y referentes de otros partidos políticos. Hemos sembrado en todo el territorio sin mirar a qué lugar o a qué partido pertenece cada uno. Ahora llegó el tiempo de la cosecha, porque somos un proyecto político, no una sociedad de beneficencia. Ahora queremos cosechar lo que hemos sembrado y esperamos tener una buena cosecha, porque los próximos dos años vamos a seguir sembrando. Pero vamos a sembrar allí donde haya terreno fértil; allí donde hayamos hecho buenas cosechas... Porque esto se define de un lado y del otro y todos somos responsables de llevar este barco a buen puerto”, alertó.
Si las semillas que esparció Lifschitz fueron “obras y soluciones”; si el terreno sembrado fueron municipios y comunas “de todos los partidos, incluso, de la oposición”; si la “cosecha” que espera recoger se equipara a apoyo electoral; si el gobernador avisa que la siembra continuará después de los comicios, pero sólo en aquellos terrenos que hayan generado una “buena cosecha”, entonces, lo suyo habrá sido una advertencia clara de que sólo seguirán recibiendo esa respuesta del gobierno aquellos municipios y comunas que hayan retribuido la siembra con votos. Un peculiar mensaje, en un escenario electoral donde las hipótesis sobre los acuerdos tácitos entre socialismo y justicialismo siempre estuvieron a la orden del día." (las negritas son nuestras)
Si las semillas que esparció Lifschitz fueron “obras y soluciones”; si el terreno sembrado fueron municipios y comunas “de todos los partidos, incluso, de la oposición”; si la “cosecha” que espera recoger se equipara a apoyo electoral; si el gobernador avisa que la siembra continuará después de los comicios, pero sólo en aquellos terrenos que hayan generado una “buena cosecha”, entonces, lo suyo habrá sido una advertencia clara de que sólo seguirán recibiendo esa respuesta del gobierno aquellos municipios y comunas que hayan retribuido la siembra con votos. Un peculiar mensaje, en un escenario electoral donde las hipótesis sobre los acuerdos tácitos entre socialismo y justicialismo siempre estuvieron a la orden del día." (las negritas son nuestras)
¡Horror!: ¿Están queriendo decir que el republicanismo apela al uso de los recursos del Estado con fines clientelares, como el más deleznable populismo que venían a desterrar, acaso nuestro benemérito gobernador está advirtiendo/amenazando que al que no se discipline con la chequera lo someterá al látigo del retaceo de fondos?
¿Sugiere acaso nuestra prensa independiente que hay una "Banelco" que circula entre el gobierno y cierto sector de la oposición (quizás los "territorios" que apoyan cierta candidatura en las PASO) cambiando dinero por apoyos políticos? ¡Más horror aún!
Lo que nos lleva a recordar lo dicho en su momento acá sobre el texto reparto de los "aportes no reintegrables" (sinónimo socialista de "subsidios") que hizo Lifschitz en lo que va de su gobierno: "...durante todo el 2016 se entregaron 254 "aportes no reintegrables" a municipios y comunas, de los que 166 (el 65,35 % del total) fueron a las gestiones del Frente Progresista. Si lo medimos en plata, las cifras son aun peores: del total de $ 243.660.664,89 repartidos por el gobierno provincial por esa vía, $ 200.554.764,42 fueron a parar a los municipios y comunas del FPCyS; es decir el 82,31 %.
Y este año (hasta el pasado 12 de mayo), Lifschitz había otorgado 69 "aportes no reintegrables" (eufemismo socialista por subsidios) a municipalidades y comunas de la provincias. 54 de esos 69 aportes fueron destinados a municipios y comunas gobernados por el oficialista Frente Progresista; que se llevaron el 85,94 % de los algo más de 97 millones de pesos repartidos. Desde ahí para acá, hubo 3 "aportes no reintegrables" más, todos con destino a administraciones del FPCyS, con lo cual el tanteador quedó a su favor por 57 a 15 contra el resto de los gobiernos de signo opositor al oficialismo provincial.
En plata, Lifschitz lleva repartidos éste años por esa vía $ 97.740.622,18, de los que $ 84.056.801,56 fueron a los gobiernos locales oficialistas; es decir exactamente el 86 % del total de los fondos distribuidos discrecionalmente por el gobernador.".
Al final, no es que haya sembrado con taaanta amplitud que digamos, y sin mirar colores políticos. Sin embargo que sembró, sembró: por algo tuvo que aumentar en un 335,85 % la partida de subsidios (perdón, "aportes no reintegrables") de la Gobernación votada en el presupuesto. Más información sobre eso y los "acuerdos tácitos", acá.
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