LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

lunes, 7 de abril de 2014

ESTO LO TENDRÍA QUE CONTESTAR LORENZETTI


La nota del Wall Street Journal sobre los juicios por la verdad que levanta La Nación de hoy no es ninguna casualidad; y va en paralelo con la inverosímil columna que hace poco escribiera en la tribuna de doctrina el inefable profesor Romero; nada menos que el 24 de marzo y con casi el mismo título.

El objetivo es muy claro: deslegitimar la política de derechos humanos y el avance de los juicios por la verdad, para ir preparando el terreno para su revisión en un futuro gobierno; que suponen (no sin razón) más a la derecha del kirchnerismo.

Claro que tampoco es casual que la presión por la impunidad (porque a eso apunta todo esto) se redoble cuando el avance de los juicios está llegando -lentamente, pero llega- a los gestores y cómplices civiles del golpe, incluyendo los periodísticos.

Así por ejemplo Vicente Massot tendrá que prestar declaración indagatoria por el asesinato de trabajadores de La Nueva Provincia en Bahía Clanca; y además en el Congreso se acaba de presentar un proyecto de diputados del FPV para crear una comisión bicameral que investigue las complicidades y participación estrecha de los principales grupos económicos del país con la represión ilegal durante la última dictadura; recogiendo una propuesta que hicieran Horacio Verbitsky y los demás autores de "Cuentas Pendientes", el libro colectivo que investiga ese aspecto del denominado "Proceso". 

El diario fundado por Mitre calza en ambos sayos: el de la complicidad mediática, y el de los grupos económicos favorecidos por la dictadura con beneficios concretos (por caso Papel Prensa), a cambio de sostenerla y apoyarla, como que era "su" gobierno; el que ellos pidieron.

La mecánica de construcción del artículo del WSJ es previsible: abreva en información de la "Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia", uno de los sellos de goma del pandismo local; nostálgicos y apologistas del terrorismo de Estado que señalan presuntas violaciones a los derechos y garantías procesales de los represores: las ironías de la vida.

Desde La Nación y otras usinas del pensamiento de derecha se aporta información para que un medio de los "países serios" la levante, y luego se replica el artículo (en rigor, generado acá) para validar su postura política pro impunidad de los genocidas, con la presunta autoridad extranjera; en éste caso del Wall Street Journal.

Sin embargo en éste caso no debiera ser el gobierno el que responda a las falsedades del artículo, sino la justicia; porque en definitiva es su propio accionar en los juicios por la verdad el que el artículo pone en tela de juicio.

Cualquiera que abra a diario el CIJ (portal de noticias del Poder Judicial) verá que la información sobre los juicios por crímenes de lesa humanidad en todo el país ocupa un lugar preponderante: ver acá por ejemplo

Y no hay oportunidad pública (sea la apertura del año judicial, las conferencias de jueces, los congresos y seminarios varios a los que le gusta asistir) en que el presidente de la Corte Lorenzetti no haga referencia a los juicios por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, como una política de Estado que debe preservarse.

Si lo hace por una auténtica convicción personal al respecto, o para legitimar a la Corte y legitimarse ante otras agachadas menos explicables (por ejemplo fallos discutibles vinculados a los intereses del poder económico), es algo que está todavía por verse.

Acá tiene una buena oportunidad para demostrar cuanto hay de una cosa y cuanto de la otra, saliendo a cruzar al Wall Street Journal; dado que el artículo sostiene que la supuesta política de venganza de Cristina contra los pobres represores contaría con la plena complicidad de la justicia argentina.    

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