Después de todo, habiendo noticias tan importantes como el recital de Violetta, o la moda de los pijama party; ¿a quién carajo le puede importar que la mortalidad infantil en el país haya caído en forma sistemática desde hace años, no?
Y menos cuando se desata en torno al tema la inevitable polémica con las "ONG's" privadas que tienen sus propios números, y cuestionan las estadísticas oficiales.
O cuando como acá, se intenta determinar cuáles son las causas del descenso, y ni siquiera se mencionan políticas públicas como el Plan Nacer o la Asignación Universal por Hijo, o el hecho de que 2 millones de personas hayan accedido al agua potable y las cloacas; y se le baja el precio como factor concurrente, a la mejora de la situación económica.
Lo de la omisión de la AUH y el Plan Nacer es significativo porque la propia nota indica que casi la mitad del descenso de la mortalidad infantil (el 42,3 %) se explica por los mejores cuidados maternos: daría la casualidad que en los últimos años las madres habrían aprendido solas a cuidar mejor a sus hijos.
En un punto hay que entenderlos: desconcierta el hecho de que baje drásticamente la mortalidad infantil en un país que -según nos dicen- encabeza los ránkings mundiales de miseria, y en términos de pobreza estaría a la altura de Biafra o Haití.
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