LA VERDADERA GRIETA

El cuadro de apertura se lo tomamos prestado al amigo Hernán Pablo de su blog y hoy lo pone Horacio Verbitsky en su columna de Página 12. 

Muestra la comparación de distintos indicadores de la economía entre abril del año pasado y el mismo mes de éste año; salvo las ganancias de los bancos que -como se aclara- corresponden al primer trimestre del año, comparado con el mismo período del 2015.

Además del valor estadístico el gráfico resulta impactante porque permite medir ganadores y perdedores como consecuencia de las políticas desplegadas por el gobierno de Macri en sus primeros meses de gestión.

Claro que los bancos parecen ser si no los únicos, los principales ganadores, como que ganaron un 62 % más en el primer trimestre que el año pasado; como consecuencia de la devaluación y la liberación total de las tasas de interés.

Del otro lado de la barra -que marcaría el punto de partida de la comparación, o la perfecta paridad interanual- todas son pérdidas: caídas estrepitosas de la construcción y del gasto público (deflactado éste), y muy acentuadas del nivel de actividad general, la producción industrial, la producción de las Pymes, el consumo y las exportaciones; esto último pese a la devaluación y la eliminación de las retenciones.

Que además de no traer beneficios por ese lado, trajeron claros perjuicios por el otro: el nivel de inflación es el otro indicador que se dispara hacia arriba, con los efectos conocidos en el salario y el poder adquisitivo de los sectores de ingresos fijos.

Lo decía con toda claridad hoy Pagni en La Nación: "...casi todas las decisiones del Gobierno se orientan a poner en el centro de la economía, allí donde el kirchnerismo había entronizado al consumidor, al inversor. Éste es el reordenamiento que le toca encabezar a Macri. Éste es el ajuste. Con perdón de la palabra.". Reemplacemos "consumidor" por "trabajador", e "inversor" por "capital", y entenderemos mejor de lo que habla.   

La pregunta sería cuanto tendrían que mejorar estos indicadores en el segundo semestre para al menos empatar el partido, o -para ser más exactos- si la caída del PBI de éste año será una "derrota digna", o una goleada humillante.

De más está decir que "la" gran pregunta es -parafraseando a Einstein y su definición de la locura- cómo se puede mejorar que esto mejore de algún modo, si se persiste en la aplicación de las políticas que produjeron estos resultados.