La mayoría de los medios están dando cuenta del inminente aumento del transporte colectivo de pasajeros a partir del 1º de enero del año que viene, en especial en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), es decir en la Capital Federal y el conurbano bonaerense. Acá en Santa Fe las empresas ya le están reclamando a Corral una suba del boleto urbano.
El transporte fue el único servicio público que el macrismo no aumentó por la baja de los subsidios a las tarifas (o por lo menos no en la misma medida que el gas, la luz y el agua), seguramente conciente de como pegaría la medida en éste; que fue un año electoral. Pero pasada la campaña, meten el acelerador del ajuste a fondo, para que les cierren los números.
Esta imagen de abajo corresponde a las partidas que asigna el presupuesto 2018 que está a punto de aprobar el Senado, en el programa "Políticas de Apoyo al Transporte Automotor", en la órbita del Ministerio de Transporte:
Las cinco acciones que aparecen recuadradas son los diferentes componentes del esquema de subsidios vigente para el sistema de transporte automotor de pasajeros de corta y larga distancia; y suman en total $ 39.197.255.592, o sea casi la totalidad de los créditos del programa: el 99,84 %, para ser precisos.
Veamos en la siguiente imagen los mismos componentes, pero en el presupuesto original (sin modificaciones posteriores a través de los "superpoderes") para éste año:
Los mismos componentes suman este año exactamente 34.592 millones de pesos, o sea el 85,47 % del total de los créditos del programa. La diferencia con el año próximo la marca que en 2018 ya no aparecerán en el programa "proyectos de inversión", como los metrobuses, las ciclovías y las bicisendas: hasta esa "obra pública PRO" por excelencia sufrirá el tijeretazo.
Si consideramos que el presupuesto 2018 en su conjunto está armado con una proyección inflacionaria del 15,7 %, surge claro que en términos reales, los subsidios al transporte sufrirán una poda (y subirán las tarifas), porque la suma de los cinco componentes apenas sube un 13,31 %.
Pero en algunos rubros el alza interanual es incluso menor: por ejemplo el subsidio para la compra de combustible a precio diferencial apenas subiría un 10,90 % (dato a contrastar con el alza de las naftas, que mayor incluso que la inflación general); y en otros baja estrepitosmente: la implementación de la "tarifa social" en 2018 caerá a apenas el 5,46 % de lo presupuestado en este mismo rubro, para éste año.
O dijo de otro modo, un ajuste del 94,54 %, en ese rubro; un dato a tener en cuenta para contrastar con los dichos de Marcos Peña en la conferencia de prensa de ayer cuando le preguntaron por el tema, y dijo que el ajuste "será gradual" y con el "énfasis puesto en proteger a los más humildes".
O dijo de otro modo, un ajuste del 94,54 %, en ese rubro; un dato a tener en cuenta para contrastar con los dichos de Marcos Peña en la conferencia de prensa de ayer cuando le preguntaron por el tema, y dijo que el ajuste "será gradual" y con el "énfasis puesto en proteger a los más humildes".
Por contraste pareciera que en términos nominales crecen los subsidios para el transporte de corta distancia en el AMBA y en el interior, y para el transporte de larga distancia: un 60,87 % , un 34,44 % y un 130,15 %, respectivamente, en cada caso.
Las cifras marcarían no solo una suba de subsidios sino una discriminación hacia el interior en beneficio del AMBA, pero para poder corroborarlo sería menester contar con los datos de la efectiva ejecución de lo presupuestado en subsidios, con el mismo nivel de desagregación, cosa que no existe: el sitio oficial del Ministerio de Hacienda expone la ejecución del programa en forma global, sin discriminar entre sus diferentes acciones.
La omisión no es menor, porque de un crédito presupuestario original de algo más de 40.470 millones para éste año, se llegó a $ 51.685.070.000 en el transcurso del ejercicio: un aumento del 27,71 % de los subsidios al transporte para mantener contenido el precio del servicio, en un año electoral en el que el gobierno a su vez liberó los precios de los combustibles.
Con esa cifra en mente (la del presupuesto 2017 "real", retocado por los "superpoderes"), el ajuste planteado para el año que viene surge más nítido: la poda de los subsidios será en términos nominales de casi 12.426 millones de pesos, que deberán salir de los bolsillos de los usuarios y aun más, si se aumenta el boleto.
En términos porcentuales, la baja global de los subsidios (ya que, reiteramos, no se puede determinar en cada uno de los componentes con base en la ejecución presupuestaria) será del 31,65 %.
Y si a lo presupuestado para el 2017 se le agregara la pauta de inflación prevista para el 2018 en el presupuesto del año que viene (15,7 %, como dijimos) la poda asciende al 52,32 % en porcentaje, y a unos 20.540 millones de pesos, en montos nominales. Unos 25 días de intereses de LEBAC´s, digamos.
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