Posiblemente muchos hayan visto el video de apertura, que se viralizó estos días en las redes sociales: es el tornero fan de Macri que lo votó en el 2015, y que se muestra trabajando en su taller, a minutos del brindis navideño.
No sabemos mucho más sobre su historia que lo que él mismo cuenta en el video: no sabemos cómo le iba durante el kirchnerismo o cuáles fueron las razones que lo llevaron a votar a Macri (ni las vamos a discutir), pero algo era seguro: por entonces pagar las tarifas de los servicios no era un problema que lo atormentara como ahora.
Tampoco sabemos si el posible cierre de su empresa solo lo afectaría a él y a su familia, o arrastraría consigo a otras familias, las de eventuales empleados que dependan de él. Pero si es seguro que su historia -conforme él mismo la cuenta- no difiere mucho de las de miles de pequeños y medianos empresarios arrasados por el modelo de destrucción desplegado por el país hace tres años.
Sin embargo, lo notable en éste caso (que seguramente tampoco no será el único) es que Juan (que así se llama el tornero macrista) no parece haber entendido las causas de su pesar, ni muchos menos haber aprendido de la amarga experiencia.
Trabajando en el taller a minutos del brindis, parece poder creer que él solo, por su propio esfuerzo y sin ayuda de nadie, puede evitar lo inevitable: tener que cerrar la empresa. En su mensaje, no hay contexto del país que antes lo ayudaba y ahora no, aunque él trabajara igual, siempre, poniendo el mismo esfuerzo, antes y ahora.
Destacando que él hace eso (trabajar) y no lo que hacen otros (cortar calles y rutas, hacer huelga, quemar cubiertas) demuestra creer que los problemas del país son esos, que el país no sale adelante por los que reclaman o protestan; no por los que lo saquean, como el gobierno que él votó.
Es, en ese sentido, arquetípico no ya del votante promedio de Macri, sino de todo un modo de pensar extendido en buena parte de la sociedad argentina; del cual "Cambiemos" fue un simple (y eficaz) vehículo electoral. Nos recuerda a aquella empleada de Télam despedida por la gestión Lombardi, que se preocupaba por enfatizar que ella no era kirchnerista ni peronista, ni tenía militancia política, ni hacía huelgas o reclamos sindicales (ver acá el video),
Y no se trata de cargar las tintas sobre él ni caerle encima por su voto (aunque deberá entender que toda acción trae consecuencias, cosa que parece no terminar de comprender), sino de apuntar que hay millones como Juan, con ese mismo esquema mental, factor decisivo sin el cual nunca una propuesta política como la de Macri, hubiera podido llegar al gobierno en el país, en elecciones democráticas; lo cual supone un desafío formidable para la práctica política de los que somos opositores.
Aun con el agua al cuello y mientras trabaja en el torno, Juan espera poder tener la oportunidad de hablar con Macri, el presidente que él votó: ¿será para contarle lo que le está pasando en la esperanza de tener una respuesta, o acaso para preguntarle por qué pasa lo que pasa, que es lo que le advirtieron -a él y a millones como él- que iba a pasar?
Ojo, si Durán Barba llegase a ver el video, no sería descabellado que gestione la entrevista; y el encuentro de Juan con su presidente transforme la queja en un acto de propaganda oficialista: "el presidente sencillo que escucha a la gente común", o algo por el estilo. Materia disponible les sobra, y acaso no les cuesta mucho convencerlo a Juan de que él tiene razón, que el problema del país son los piquetes y las huelgas; y que por eso la solución es seguir dándole para adelante, trabajando duro, que así se sale.
No sabemos mucho más sobre su historia que lo que él mismo cuenta en el video: no sabemos cómo le iba durante el kirchnerismo o cuáles fueron las razones que lo llevaron a votar a Macri (ni las vamos a discutir), pero algo era seguro: por entonces pagar las tarifas de los servicios no era un problema que lo atormentara como ahora.
Tampoco sabemos si el posible cierre de su empresa solo lo afectaría a él y a su familia, o arrastraría consigo a otras familias, las de eventuales empleados que dependan de él. Pero si es seguro que su historia -conforme él mismo la cuenta- no difiere mucho de las de miles de pequeños y medianos empresarios arrasados por el modelo de destrucción desplegado por el país hace tres años.
Sin embargo, lo notable en éste caso (que seguramente tampoco no será el único) es que Juan (que así se llama el tornero macrista) no parece haber entendido las causas de su pesar, ni muchos menos haber aprendido de la amarga experiencia.
Trabajando en el taller a minutos del brindis, parece poder creer que él solo, por su propio esfuerzo y sin ayuda de nadie, puede evitar lo inevitable: tener que cerrar la empresa. En su mensaje, no hay contexto del país que antes lo ayudaba y ahora no, aunque él trabajara igual, siempre, poniendo el mismo esfuerzo, antes y ahora.
Destacando que él hace eso (trabajar) y no lo que hacen otros (cortar calles y rutas, hacer huelga, quemar cubiertas) demuestra creer que los problemas del país son esos, que el país no sale adelante por los que reclaman o protestan; no por los que lo saquean, como el gobierno que él votó.
Es, en ese sentido, arquetípico no ya del votante promedio de Macri, sino de todo un modo de pensar extendido en buena parte de la sociedad argentina; del cual "Cambiemos" fue un simple (y eficaz) vehículo electoral. Nos recuerda a aquella empleada de Télam despedida por la gestión Lombardi, que se preocupaba por enfatizar que ella no era kirchnerista ni peronista, ni tenía militancia política, ni hacía huelgas o reclamos sindicales (ver acá el video),
Y no se trata de cargar las tintas sobre él ni caerle encima por su voto (aunque deberá entender que toda acción trae consecuencias, cosa que parece no terminar de comprender), sino de apuntar que hay millones como Juan, con ese mismo esquema mental, factor decisivo sin el cual nunca una propuesta política como la de Macri, hubiera podido llegar al gobierno en el país, en elecciones democráticas; lo cual supone un desafío formidable para la práctica política de los que somos opositores.
Aun con el agua al cuello y mientras trabaja en el torno, Juan espera poder tener la oportunidad de hablar con Macri, el presidente que él votó: ¿será para contarle lo que le está pasando en la esperanza de tener una respuesta, o acaso para preguntarle por qué pasa lo que pasa, que es lo que le advirtieron -a él y a millones como él- que iba a pasar?
Ojo, si Durán Barba llegase a ver el video, no sería descabellado que gestione la entrevista; y el encuentro de Juan con su presidente transforme la queja en un acto de propaganda oficialista: "el presidente sencillo que escucha a la gente común", o algo por el estilo. Materia disponible les sobra, y acaso no les cuesta mucho convencerlo a Juan de que él tiene razón, que el problema del país son los piquetes y las huelgas; y que por eso la solución es seguir dándole para adelante, trabajando duro, que así se sale.
5 comentarios:
x D!!! son los nuevos cacho...
http://nacionalypopular.com/2017/10/12/macri-gano-elecciones-o-se-las-suele-comprar-a-indra/
Que hagan el Club "Votantes de Macri fundidos", llamen a una asamblea y se suiciden en masa.
El Colo.
Juan, Correa de transmisión del neoliberalismo.
Creo que el problema del tornero (y el nuestro) es que seguimos "anclados" en la elección de 2015. En ese momento eramos Gobierno y no podíamos prometer nada que no pudieramos hacer en ese momento desde el poder, Cambiemos prometía todo lo que la "gente" quería escuchar. Hoy los términos se han invertido: Cambiemos ES Gobierno y no puede prometer NADA (de hecho lo dicen: "No hay Plan B)...por eso ahora SOMOS NOSOTROS los que debemos decirle a todos QUE MEDIDAS CONCRETAS VAMOS A TOMAR A PARTIR DEL 10 DE DICIEMBRE...al Macrismo entonces sólo le quedará paradogicamente...la Campaña BU...
Yo trabajo en regalos empresarios por lo que ésta es la época de más laburo y suele pasar que los tiempos sean una cosa jodida y UNA vez me pasó que vienieron a retirar algo (recién terminado) un 24 a las 10 de la noche.... una vez en años.... es medio de necio o estúpido estar laburando en un taller de tornería tan en el límite....¿qué urgencia podés tener?, qué cliente está desesperado por una pieza ese día, esas horas? - O sea, a mi modo de ver, el coso arranca mal (tal vez sobreactuando la típica impostura amarilla - "mirá cómo laburo, soy puro mérito") y, la verdad, no deja de ser perversamente divertido que aparezcan ahora lloriqueando y sin hacerse cargo que el problema lo lleva puesto, su estupidez.... seguro que es de los que gozaron hasta el orgasmo en 2015 cuando ganó la porquería, bueno, la joda es que los otros tenían razón y ahora jodete si te gastan un poco.... claro, lo necesario es convencer a tipos como éste que su boludez puede curarse, pero, si no ponen de su parte, es al pedo, sólo te va a quedar el gustito del gaste y el mamerto seguirá votando a su verdugo... claro, habrá otros que justifiquen el esfuerzo de convencerlos.
¡¿
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