MACRI BOTÓN

 

En tu cara, Natanson! https://t.co/DBqok6ZRr1

— La Corriente K (@lacorrientek) June 18, 2021

Que conste que acá nos tomamos siempre como un consumo irónico la idiotez de Natanson de la "nueva derecha moderna y democrática", y parafraseando a Perón cuando hablaba de la UIA, decíamos que ni era nueva, ni era moderna, y mucho menos democrática.

Lo que sucedió con las derechas en América Latina es que, agotada la era de los golpes de Estado y las dictaduras militares por un cambio en la estrategia geopolítica de los Estados Unidos (por lo menos hasta hace poco, como lo demuestra el caso de Bolivia, en que volvieron a las andadas), debieron "reconvertirse" para adaptarse a la competencia electoral, generando fuerzas competitivas que pudieran ganar en elecciones más o menos libres.    

Contaban -y cuentan- a favor para esa empresa con la ayuda de los grandes multimedios que hacen las veces de "intelectualidad orgánica" del capital dominante; y con las fracciones hegemónicas de éste que jaquean a las democracias tratando de que éstas tutelen sus intereses, más allá de las contingencias electorales.

La derecha en América Latina (incluyendo a la Argentina) nunca fue ni será democrática, simplemente porque para ellos la democracia es un obstáculo, y no una oportunidad. Nunca creyeron en lo que implica, ni siquiera en la defensa de las libertades públicas con la que suelen adornar su discurso, ni en la de la república y las instituciones.

Solo remitiéndonos a la experiencia argentina y al antecedente cercano del macrismo, practicaron en forma organizada y sistemática el espionaje, la cooptación de la justicia, la persecución de los opositores políticos y las presiones y la censura a los medios y periodistas que no se alineaban con el discurso oficial. Solo pueden creer que Macri es democrático aquellos que fingieron demencia para justificar su voto, diciendo que creían que al tipo le preocupaba eliminar la pobreza, o combatir la corrupción. 

Es la misma derecha que en los años 90', cuando imperaban las reglas y políticas del Consenso de Washington, exigían procedimientos de "fast track" para aplicar con velocidad las políticas de ajuste, privatizaciones, recorte de derechos y endeudamiento para la fuga de capitales: leyes de emergencia, decretos delegados, DNU, acumulación de competencias en los Ejecutivos. Lo reiteró Macri cuando le contestaba a Vargas Llosa su pregunta sobre que haría si volviera al poder: "Lo mismo, pero más rápido".

Y es la misma derecha que respeta los resultados de las elecciones según le convenga, como estamos comprobando ahora mismo en Perú, y pudimos ver antes en Bolivia. La que sostiene que cuando ganan ellos, aunque sea por un margen mínimo como "Cambiemos" en el balotaje argentino de 2015, tienen el derecho a aplicar íntegramente sus políticas, sin "consensuarlas" con nadie y sin que sea legítimo interponer resistencias sociales contra ellas, aunque recorten derechos.

Por el contrario cuando pierden, aunque sea por amplio margen (como "Juntos por el Cambio" en las PASO y las generales del 2019), los que ganan deben dialogar, consensuar y no aplicar el programa electoral ganador, sino el derrotado; porque de lo contrario serán considerados una dictadura. Dicho esto por aquellos en cuyo nombre e intereses se perpetraron todas las dictaduras en el continente.