UN ALMA SENSIBLE A LA MENTIRA

 

La vicegobernadora Griselda Tessio -pese a sus antecedentes familiares- llegó a la política santafesina en el 2007, de la mano de Hermes Binner y prestigiada por su paso por la justicia; en especial por su labor como fiscal federal en las causas por violaciones a los derechos humanos. 

De la mano de Binner, dijimos, y fue estrictamente así: el gobernador la impuso como su compañera de fórmula contra Carlos Fascendini, el actual diputado provincial y entonces senador; al que los cuerpos orgánicos del radicalismo habían designado para integrar la fórmula del Frente Progresista.

Tessio renunció entonces a la justicia, y firmó la ficha de afiliación al radicalismo. Señalamos esto porque para alguien que reclama permanentemente diálogo, consenso y respeto por las formas, no parece un modo -acorde con ese reclamo- de saltar a la arena política por primera vez.

Leemos declaraciones suyas en un tono indignado contra los dirigentes del peronismo santafesino -de los que no da nombres- que, según dice, le estarían mintiendo a la población en la campaña electoral, al decir que los dirigentes del Frente Progresista "inmovilizaron a la provincia", y que la atrasaron.

Con mirada retrospectiva, repasa lo que hicieron los gobiernos provinciales del PJ poniendo como ejemplos del atraso la ley de lemas, la privatización de la DIPOS, o la del Banco Provincial.

Podemos acordar con Tessio en cada uno de los puntos, pero no sin decirle que la obligación de no mentir le comprende también a ella: la ley de lemas fue derogada durante un gobierno peronista (el de Obeid, en el 2004) para reemplazarla por las internas abiertas, el servicio de agua potable y cloacas fue reestatizado por el mismo gobierno luego de declarar la caducidad de la concesión de Aguas Provinciales por incumplimiento del contrato y eso llevó al juicio ante el CIADI; en el que por cierto el actual Fiscal de Estado de Binner, Jorge Barraguirre, formó parte del equipo que representó a la provincia en el litigio.

Es decir que las decisiones para revertir esas otras decisiones que Tessio juzga equivocadas -valoración que nosotros compartimos- no las tomó el gobierno de Hermes Binner, sino su antecesor. 

Por el contrario, lo que hizo en ambos asuntos el Frente Progresista es impulsar el engendro de la boleta única (que reproduce los efectos institucionales de la ley de lemas en punto a la fragmentación política), y aumentar cuatro veces las tarifas del agua y las cloacas, para invertir cada vez menos en obras de mantenimiento de la infraestructura, o de ampliación de la cobertura de los servicios.

En el 2007 el 33,44 % del presupuesto de Aguas Santafesinas se invertía en Construcciones, -es decir obras- y el 25,98 % en Personal; para el 2009 (tras dos años de gestión del Frente Progresista) el primer rubro había descendido al 20,85 % del gasto de la empresa estatal, y el segundo había ascendido al 35,65 %.

En el Presupuesto 2010 (cuyas cifras finales de ejecución no están aun disponibles) Construcciones representaba apenas el 25,74 %, y Personal volvía a subir hasta un 41,48 % del gasto total.

Que podemos decir del ex Banco Provincial: que si las cosas son como dice Tessio, no se comprende que el gobierno que defiende haya vuelto a privatizar el agente financiero del Estado provincial, y que la adjudicación haya recaído en el mismo grupo empresario que venía cumpliendo esa función con anterioridad. 

Se enoja Tessio, y en su enojo dice cosas curiosas: "Atrasar la provincia es no construir escuelas, no construir comisarías, no construir acueductos y no construir rutas y caminos. Atrasar la provincia significa haber tenido, como tuvimos en algún momento en toda la provincia de Santa Fe, 24,7 por ciento de desempleo, y podemos tener muchos otros ejemplos" .

Curiosas porque si por algo se ha caracterizado el gobierno de Binner, ha sido justamente por eso: no construir escuelas, no construir acueductos, no construir rutas y caminos.

Y curiosas también porque Tessio parece atribuir los altísimos niveles de desempleo que menciona a los anteriores gobiernos provinciales del justicialismo; parece que De La Rúa, la Alianza y la mega crisis del 2001, no tuvieron nada que ver, o que la reducción del desempleo a las cifras actuales, fuese un mérito de Hermes Binner y su gobierno.

Hace bien Tessio en no reproducir en público todas las cosas que sobre Cristina y su gobierno le comentan en los círculos que frecuenta; ya bastante difusión le da El Litoral a los desbarrancos de Rogelio Alaniz. 

Lo que no se entiende es como -si la labor del gobierno del Frente Progresista es tal cual ella lo expresa- Tessio no adhirió en las pasadas internas a la candidatura de Bonfatti, el delfín de Hermes Binner al cual el gobernador presentó como el único garante de la continuidad del modelo implementado en la provincia a partir de diciembre del 2007.

Es comprensible que Tessio se ofusque por algunas cosas de la política a las que probablemente no esté acostumbrada; pero si uno disfraza la crítica política -absolutamente legítima en todo momento, más aun en tiempos electorales- de indignación moral, también está falseando los ejes del debate.

Si hay argumentos concretos para rebatir las críticas del adversario -en este caso la dirigencia peronista que las enfoca hacia el gobierno provincial-, Tessio debería usarlos; cifras, datos, ejemplos concretos son el mejor antídoto contra cualquier mentira.

De lo contrario está incurriendo en lo mismo que critica, al suponer que todos deben creerle su versión de las cosas (que incluye necesariamente creer que los demás son mentirosos) por un acto de fe; o basándose solamente en sus credenciales personales, que son anteriores a su paso a la política, y no tienen nada que ver con la gestión del Frente Progresista.