LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

sábado, 4 de febrero de 2012

SINTONÍA FINA, MENEMISMO Y FLEXIBILIDAD LABORAL


Las declaraciones del jueves a la noche de Hugo Moyano en el programa del "Gato" Silvestre marcan a las claras que su relación con el gobierno nacional está -hoy por hoy- en un punto de no retorno; y el hombre no se privó de disparar munición gruesa.

Todos escuchamos el discurso de Cristina el miércoles, y entendimos perfectamente lo que quiso decir; para recordarlo acá Barricada subió los videos

Clarito, si Moyano lo quiere confundir con el menemismo y la flexibilidad laboral (a la que él se opuso fuertemente en su momento, y también en el gobierno de la Alianza, denunciando la compra de votos con la famosa Banelco) es porque evidentemente está apuntando a otra cosa, porque no olvidemos que la disputa en torno a las paritarias en ciernes es sobre los porcentajes de aumento salarial, es decir otra cuestión.

Nosotros dijimos acá que había que ser concientes de que la CGT negociaba su propia paritaria con el gobierno porque algunas de sus reivindicaciones (como la generalización de las asignaciones familiares o la suba del mínimo no imponible de Ganancias) dependen de los recursos del Estado: tendríamos que agregar la deuda que reclaman las obras sociales sindicales; tema del que poco se habla pero mucho enturbia todo.

Hasta allí se puede entender que Moyano le muestre los dientes a Cristina de cara a las paritarias como si fuera su empleadora (de hecho y como ella lo explicó muy bien, en parte lo es, por los subsidios al transporte de carga que financian en buena parte los salarios de los camioneros, sus representados); pero lo que no se puede admitir es que mienta o tergiverse la realidad.

Moyano es inteligente y sabe lo que significaron el menemismo, la flexibilidad laboral y su continuidad durante el gobierno de la Alianza; de allí que al emparentarlos con el kirchnerismo y la sintonía fina, falta -lisa y llanamente- a la verdad.

Y si no habrá que refrescarle la memoria, recordándole toda las leyes sancionadas en los gobiernos de Néstor y Cristina que les restituyeron derechos a los trabajadores argentinos, dando vuelta la página del oprobio menemista en esa materia; además de haber restablecido el funcionamiento pleno de las paritarias y reinstaurado la vigencia del Consejo Nacional del Salario, hibernado por más de una década.

Empezando por la derogación de la famosa ley Banelco en el 2004 por la Ley 25.877, que además modificó la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y la ley 14.250 de Convenciones Colectivas de trabajo: excluyó el período de prueba en el trabajo de temporada, prohibió que se ampliase ese por convenio colectivo, creó una presunción de renuncia a él en contra del empleador si lo repite con el mismo empleado, reconoce a los trabajadores en período de prueba derechos sindicales, indemnizaciones por accidentes y enfermedades del trabajo y al cómputo de esos servicios a los fines indemnizatorios, y obliga al empleador a realizar los aportes por ese período; mientras definió como fraude laboral la contratación sucesiva de diferentes trabajadores para el mismo puesto.

Además disminuyó a la mitad el preaviso del trabajador cuando rescinde el contrato de trabajo y modificó las bases de cálculo de la indemnización por despido.

En el 2006 la Ley 26.088 modificó los límites del "ius variandi" de la LCT autorizando al trabajador a pedir el restablecimiento de las condiciones de trabajo modificadas unilateralmente por el empleador; y en el 2007 la Ley 26.341 eliminó -mediante un cronograma ya concluido hace tiempo- la modalidad de pago de parte del salario del trabajador con los famosos "tickets canasta".

En el 2008 la Ley 26.390 modificó íntegramente el régimen de prohibición  trabajo de menores y reglamentación del trabajo adolescente, aumentando la edad mínima para el ingreso al mercado del trabajo, estableciendo la prohibición de abonarles salarios inferiores a los de ley o convenio, así como su jornada máxima de labor e igualando sus derechos con los de los trabajadores adultos en los casos de trabajo a domicilio y tareas peligrosas o insalubres.

El mismo año la Ley 26.428 estableció la aplicación de la regla de la norma más favorable para el trabajador en la apreciación de la prueba en sede judicial; y en el 2009 la Ley 26.474 reguló el trabajo a tiempo parcial, estableciendo que los convenios colectivos de trabajo deben fijar el porcentaje máximo de personal empleado bajo esa modalidad, además de que si la jornada supera las 2/3 partes de la legal debe pagarse jornada completa y la obligación del empleador de proveer la cobertura completa de obra social; mientras que la Ley 26.574 amplió a los contratos individuales el principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales del trabajador.

Todo eso sin contar las mejoras puntuales concretadas para distintos sectores particulares de trabajadores, como los docentes, investigadores del CONICET, obreros de la construcción (con un régimen previsional específico), personal de casas de familia o el caso ya citado de los peones rurales.     

Muchas de esas leyes -la mayoría, diríamos, para ser justos- fueron iniciativas de la propia CGT de Moyano y de Héctor Recalde (alguien llamativamente alejado del entorno de Moyano en los últimos tiempos); pero no es menos cierto que fueron sancionadas porque contaron con el decidido apoyo de ambos gobiernos: el de Néstor primero, y el de Cristina después.

Por no decir que resulta curioso que ahora a Moyano le preocupe la situación de los peones rurales, cuando los diputados que le responden se negaron a votar el nuevo régimen laboral que terminó con el que los regía desde la dictadura, simplemente para defender la caja del "Momo" Venegas en el RENATRE.

Todos tienen derecho a defender lo que creen justo, y eso incluye a Moyano.

Pero con las cartas claras y sobre la mesa, y sin falsear la realidad para llevar agua para su molino. 

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