APOLOGÍA DE LA MATUFIA, O LOS VERDADEROS ALCANCES DE LA "LIBERTAD DE EXPRESIÓN"

El plan de facilidades de pago que acaba de anunciar la AFIP para los que tengan deudas con el fisco nacional ha sido otro disparador para demostrar cabalmente de que hablan los medios hegemónicos cuando hablan de "libertad de expresión"; o como ese concepto tan abstracto y difuso se confunde deliberadamente con negocios e intereses materiales más concretos.

Otro tanto sucede con el supuesto apriete del gobierno a los supermercados y cadenas de electrodomésticos para que no publiquen avisos publicitarios en los diarios, mientras dure el congelamiento de precios acordado: en ésta increíble columna de Morales Solá de hoy, el plumífero de la dictadura dice explícitamente "Casi dos meses después de instaurado el congelamiento de precios en los supermercados, también se cumple el mismo período en el que rige la prohibición oficial para publicar avisos publicitarios en medios independientes.

La prohibición comprende sobre todo a los supermercados y a las empresas que venden electrodomésticos. Significaban el conglomerado con mayor porcentaje en la pauta publicitaria privada de los grandes medios, sobre todo de LA NACION y Clarín, aunque también afecta a Perfil y a El Cronista. En algunos casos, los diarios se han visto privados del 35 por ciento de la publicidad que recibían antes de la prohibición.".

Para decir más abajo (en la misma columna) esto otro: "Es sorprendente que empresas extranjeras (sobre todo de supermercados) hayan aceptado fácilmente la orden verbal de Moreno, nunca escrita, de no publicar avisos publicitarios en los diarios. El argumento más expuesto es que la falta de inversión publicitaria se traslada a precios más bajos. La competencia es también una eficaz herramienta para bajar los precios.

Pero éste es un concepto moderno, imposible de asimilar para un gobierno enamorado de políticas de hace 50 años.

La parte inexplicable del asunto es que empresas que compiten en todo el mundo hayan aceptado aquí que es mejor que el Estado les fije los precios, que les marque los supuestos márgenes de ganancias, que los haya convencido de que el comercio no necesita de publicidad y que, encima, les prohíba acceder a los dólares para repatriar sus ganancias.

La Presidenta usó y abusó de su mayoría parlamentaria para confeccionar leyes que agreden al periodismo independiente. Espoleó a su agencia de recaudación impositiva, la AFIP, para perseguir a los medios hasta la extenuación. Ayer, la AFIP volvió a discriminar a los medios cuando los excluyó deliberadamente del nuevo régimen de facilidades de pago.

A pesar de todo, la vía más rápida y expeditiva la consiguió con una simple orden verbal a los mayores inversores de publicidad privada en los diarios independientes. En 24 horas, los principales diarios del país quedaron expuestos a un destino pequeño y sombrío. Una orden de la mandamás del Gobierno fue más efectiva que cualquier ley, que la Constitución y que las jurisprudencia de la Corte Suprema.".

O sea: los diarios son independientes, pero necesitan de la pauta publicitaria (privada y oficial) para subsistir, porque son empresas comerciales que se armaron para ganar dinero; y uno tiene que creer que seguirán siendo independientes (y propalando la verdad , cueste lo que cueste -aunque sea perder la pauta de algún avisador- y caiga quien caiga); sin importarles de donde viene la publicidad, a la hora de fijar su línea editorial.

Pero además de eso, todo el escándalo es por una medida del gobierno de la que nadie se hace cargo, y por simples órdenes verbales, empresas que depredan en países de todo el mundo, acá (según nos quiere hacer creer JMS) hocican, y dejan de publicar avisos en los diarios.

Si hasta les moja la oreja recordándoles por ejemplo, que el gobierno les dificulta acceder a los dólares para distribuir utilidades y remitirlas a sus casas matrices; y el supuesto escándalo internacional (en el que Joaco mezcla al Papa y a Obama, que aparecerían así pidiendo avisos comerciales para los socios de Papel Prensa) se basa en eso.

Pero además está el asunto de la exclusión de las empresas periodísticas del nuevo régimen de facilidades de pago: en ésta otra pieza maestra del periodismo empresarial, Néstor Scibona va aun más allá.

Como que no sólo presenta (en línea con Morales Solá) el caso de las empresas periodísticas como una muestra de los aprietes del gobierno (en este caso sería a los que tienen opinión disidente, o son "independientes"), sino que incluye a las cerealeras exportadoras excluidas del régimen de facilidades, porque el Estado les está reclamando más de 1100 millones de dólares por maniobras defraudatorias en operaciones de comercio exterior; hechas entre fines del 2007 y principios del 2008; como explicábamos acá.

En éste caso, las supuestas represalias serían por no liquidar dólares en mayor medida, para contener las ansiedades del mercado cambiario; con lo que la sugerencia de es "si aportan dólares, perdónenles los impuestos que deben, por las matufias que hicieron".

Otro tanto se puede decir de la exclusión de los medios de prensa del régimen de facilidades de pago que acaba de anunciar la AFIP, al cual se refiere ésta otra nota de la tribuna de doctrina.     

Para que se entienda un poco, en marzo del 2003 Duhalde, con la firma de su entonces Ministro de Economía Lavagna, (¡hola Lavagna, como le va!, ¿se acuerda de ésto?), firmó el DNU 746/03; que derogaba el artículo 52 del Decreto 1387/01, de Cavallo y De La Rúa.

Ese decreto permitía a las empresas descontar del IVA los aportes patronales a la seguridad social; un modo de vestir un santo (los fondos del sistema previsional, ya desfinanciado por la instauración del sistema de AFJP), desvistiendo a otro (los ingresos del fisco por IVA).

El DNU de Duhalde excluyó de la medida a las empresas periodísticas (el argumento fue que no pagaban IVA hasta la sanción de la Ley 25063, y ahí empezaron a pagar), de modo que pudieran seguir computando los aportes patronales que debían hacer como empleadores a la seguridad social, a cuenta del IVA; hasta el 31 de julio de ese año 2003.

Antes del vencimiento del plazo La Nación interpuso en la justicia una cautelar para poder seguir aplicando la deducción (y en consecuencia librarse de pagar IVA); y esa cautelar es la que,10 años después, sigue fondeada en la Corte Suprema de Justicia de la Nación por Carlos Fayt, a pedido de su cuñado José Claudio Escribano; ex secretario de redacción por años de la tribuna de doctrina.

Y lo que ahora pretende La Nación es que la AFIP la incluya en un régimen de facilidades de pago a diez años (el mismo tiempo que llevala cautelar para no pagar), por una deuda que cuestiona en la justicia.

Ese es todo el problema de los "aprietes contra la libertad de expresión": se trata simplemente de negocios, de guita, de gente que entiende que el Estado es apenas un mal necesario, una especie de calamidad inevitable (alguien tiene que poner la policía por ejemplo), que nunca debe interferir con sus negocios; y que se debe poner a su servicio.

O de las empresas que pautan publicidad en sus medios, o sponsorizan secciones (como las cerealeras en el suplemento agropecuario); aunque evadan, trampeen, fuguen divisas, o utilicen vínculos oscuros en la justicia para que a ellos las leyes que rigen para el común de los mortales, no se les apliquen.

Lo demás (incluyendo el "bochorno internacional" del que habla Morales Solá) es puro cuento.