¿Notaron como el discurso político oficial fue cambiando, al compás de la crisis, y pasó del "No vuelven más" al "Si vuelven será terrible, hay que impedirlo como sea"?
Hay, por supuesto, patrullas perdidas de la comunicación oficial como Majul, que siguen repitiendo que todo sigue igual: la candidatura de Cristina es la que más le conviene al gobierno, porque tiene el techo bajo (posición con la que coinciden algunos "peronólogos") y un alto nivel de rechazo, el votante de "Cambiemos" vota contra la corrupción y coso. Como si en estos tres años no hubiera pasado nada, y en el año que resta hasta las elecciones, no fuera a pasar nada tampoco.
Tanta certeza al respecto no sería consistente con algunos movimientos burdos como mandar a espiarla en su casa de Buenos Aires, o promover una sesión especial para pedir su desafuero; a menos que en éste último caso lo que en realidad busque el oficialismo en el Senado es tumbar la sesión que pidieron algunos senadores para derogar el DNU que eliminó el fondo sojero.
Tampoco hay que pecar de excesivamente triunfalistas y creer que el gobierno ya está derrotado, a partir de algunos hechos como la votación para elegir los representantes del Congreso en el Consejo de la Magistratura: bien señala acá Gabriel Morini en Ambito que eso no significa que el gobierno haya perdido su capacidad de influir en la justicia, ni mucho menos; sobre todo cuando Macri ha batido el récord de cobertura de juzgados vacantes en tiempos democráticos, con la anuencia del pichettismo.
Lo que sí es cierto es que de un tiempo a ésta parte viene habiendo signos consistentes con el hecho de que, conforme se fortalece un polo electoral opositor en torno a la figura de Cristina, hay dudas en el oficialismo respecto a cual sea la mejor estrategia a seguir; y si no es un error polarizar con ella: que nada menos que en la "tribuna de doctrina" se diga que Vidal explora adelantar las elecciones bonaerenses y despegarlas de las nacionales, marca a las claras que ya no hay una fe ciega en un nuevo triunfo de "Cambiemos", como mínimo. Si se quiere ir más allá, estaría desmintiendo en los hechos la idea de que Vidal es incombustible, y la caída estrepitosa de Macri en imagen e intención de voto, no la afecta.
Pero además de la señales que surgen del interior del sistema político, y del dispositivo comunicacional del oficialismo, hay otros actores que juegan: el titular de un importante fondo de inversión (ver imagen de apertura) advierte que si Cristina ganara, se produciría una aceleración del proceso de fuga de capitales, en virtual estampida ante el peligro del advenimiento del populismo. Más allá del terrorismo financiero al que suelen apelar estos tipos para asustar y lograr así que los gobiernos sostengan determinadas regulaciones a su favor, el miedo tiene bases reales: un eventual gobierno kirchnerista repondría los controles de capitales; como lo haría (o lo hace) cualquier gobierno sensato del mundo.
En idéntico sentido y tal como se señala en ésta nota de El Cronista, la incertidumbre política (léase: la perspectiva de un triunfo de Cristina) está castigando el precio de los bonos argentinos en los mercados. Claro que no se nos escapa que la muletilla del "riesgo político" (inherente al sistema democrático, por lo demás) no es más que la excusa a la que se apela para empezar a sacar los pies del plato de un modelo que ellos saben bien que es insustentable, pero al que apostaron y apostarán mientras les asegure jugosos dividendos, sin poner en riesgo sus inversiones.
Con mucha más crudeza y sin ataduras derivadas de intereses concretos en los negocios de la timba financiera, lo expone acá Julián Zicari en El Cohete a la Luna: el default del pago de los servicios de la deuda externa no es un evento imposible, ni lejano, ni poco probable, ni mucho menos. Por el contrario, si el gobierno no corrige el rumbo es más que probable, y en eso poco tiene que ver un eventual triunfo electoral de Cristina: sería consecuencia directa e inmediata de la insustentabilidad del propio modelo económico de Macri.
Un modelo que ha logrado algunas semanas de relativa estabilidad cambiaria a cambio de reactivar la bicicleta financiera con la afluencia de capitales especulativos atraídos por las altas tasas de interés, que a su vez profundizan y prolongan la recesión; que ya se está manifestando en la aceleración del proceso de destrucción de empleo. Y que si se fueran como vaticinan algunos "por el riesgo político", volverían a provocar otra corrida del dólar, que asestaría un golpe mortal a la estabilidad del gobierno, y acercaría dramáticamente el riesgo de default.
Lo real y lo concreto es que en el país hay una situación de malestar social, derivada de la crisis económica, y nadie (ni siquiera el gobierno) apuesta a que esta situación se revierta en los próximos meses: por el contrario, todo indica que se irá agravando; lo que supone que tampoco hay demasiados elementos para pensar que cambien las tendencias políticas del momento: un movimiento de acumulación política opositora en torno a la figura de Cristina, y fuga de votos "no alineados" al núcleo duro, de la coalición oficialista.
A despecho de los que creen siempre que la Argentina es una excepcionalidad permanente, tiene rasgos comunes a cualquier sociedad del mundo: el malestar ciudadano con su situación (en especial económica) termina teniendo, más tarde o más temprano, expresión política, en clave electoral.
Y para eso apela a las alternativas disponibles, capaces de producir un cambio; de allí que ciertos miedos no sean para nada zonzos. Y desde ese lugar hay que leer -en nuestra humilde opinión- el discurso de Cristina ayer en Ferro. Tuits relacionados:
Y para eso apela a las alternativas disponibles, capaces de producir un cambio; de allí que ciertos miedos no sean para nada zonzos. Y desde ese lugar hay que leer -en nuestra humilde opinión- el discurso de Cristina ayer en Ferro. Tuits relacionados:
Si no entendiste los de los pañuelos verdes y celestes, te lo ponemos más fácil: es Cristina, o son años más de Macri— La Corriente K (@lacorrientek) 19 de noviembre de 2018
Salvemos los dos votos— La Corriente K (@lacorrientek) 19 de noviembre de 2018
Y sí, cuando sos el 2 % es muy posible que todos piensen igual, en todo. Hasta que encuentran algo para dividirse https://t.co/H8rbStB2VA— La Corriente K (@lacorrientek) 19 de noviembre de 2018
1 comentario:
" semanas de relativa estabilidad cambiaria a cambio de reactivar la bicicleta financiera con la afluencia de capitales especulativos atraídos por las altas tasas de interés", no t comas el relato d remake del carry, las reservas cayeron 2.000 palos desde el segundo desembolso FMI octubre 5.700 palos, lo q esta apalancando las leliq son los plazos fijos q crecieron a 1 biyon d pe, ergo: si bien el carry a la larga t abrocha no es menos cierto q en el inicio engrosa reservas, ahora las leliq q estan apalancadas con pesos d plazos fijos al detonar se lleva puestos a los ahorristas.
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