Allá por los
inicios de la gestión de “Cambiemos” nos hablaban de pactar salarios en las
paritarias por productividad, apuntando al objetivo de “bajar el costo
argentino”, traducido: bajar los salarios, medidos en dólares.
Ese y no otro (como
salvar las instituciones de la República o evitar que nos convirtiéramos en
Venezuela) fue el propósito fundacional de “Cambiemos”; lo que realmente empujó
a las fuerzas de derecha a conformar una alternativa electoral competitiva,
para poner fin a 12 años de populismo redistributivo.
De hecho, el mismo
levantamiento del “cepo” (traducimos de nuevo: libre acceso irrestricto a las
divisas, libre circulación sin trabas de los capitales) sirvió en tanto produjo
en lo inmediato una abrupta devaluación, que abarató los salarios en dólares.
Y si no produjo al
mismo tiempo el salto exportador prometido, por lo menos consiguió incrementar
la tasa de ganancia del capital, incrementando los niveles de explotación de la
fuerza laboral: uno de “los tres o cuatro temas” (si no el único) que unifica a
todas las fracciones del capital.
Más acá en el
tiempo y como veíamos acá Macri desde Chubut exponía con
crudeza el credo fundacional de la alianza (dicho esto en sentido político y
sobre todo, social) gobernante: nadie (o sea, los trabajadores y sus
sindicatos) puede pretender cobrar más por su trabajo, que lo que este
realmente vale. Volvemos a traducir: lo que los dueños del capital están
dispuestos a pagar por él, sin ceder tasa de ganancia.
Durante años nos
dijeron que la inflación era un fenómeno preponderantemente (si no
exclusivamente) monetario, vinculado a la emisión de dinero para cubrir el
déficit fiscal, y que nada tenía que ver con la puja distributiva entre el
capital y el trabajo; pero hete aquí que asistimos a una política de “apretón
monetario”, y la inflación sigue firme, como si nada.
Mientras, los datos
oficiales coinciden -décima más décima menos- con las estimaciones privadas en
algo: los salarios vienen perdiendo por goleada frente a la inflación, por
segunda ves en tres años de macrismo. Sorprendente, inesperado, no lo vimos
venir: ni que hubieran votado a un gobierno patronal.
Frente a eso y
cuando hasta al propio FMI lo asombra el hecho de que la resistencia social al
proceso haya sido menor que la pensada, algunos gremios (judiciales,
camioneros) logran reabrir sus paritarias o discusiones salariales, para al
menos no perder por goleada frente a los índices inflacionarios, mientras otros
(como los bancarios) lo vienen reclamando, hasta ahora en vano.
A propósito de los
camioneros: el mismo día que se conoció que reabriendo la paritaria habían
conseguido 15 puntos adicionales de aumento y superaban la barrera del 40 %
(quedando por debajo de la inflación, pero menos), Sica, el ministro de Producción
y Trabajo “denunció” en el Congreso que un camionero “cuesta” en la Argentina
2,5 veces más que en Brasil, y hay que avanzar por allí para “reducir los
costos de la logística”.
Una vez más,
servicio de traducción: como dijo Macri años antes de ser presidente, “hay que
bajar los costos, y los salarios son un costo más”: para lo cual nos proponen
imitar a Brasil, y complementar la poda salarial producida por la inflación,
con una reforma salarial esclavista, como la de Temer.
En sintonía y ante
los pedidos sindicales de reapertura de paritarias, los economistas del
mainsteam advierten que si les hacen lugar, corre riesgo el objetivo de bajar
la inflación; como si el 50 % que vamos a tener este año, fuera culpa de los
salarios, dejando en claro así más que su orfandad intelectual, los intereses a
los que sirven.
Tanto como que más
allá del sanateo sobre “la emisión cero”, el único ancla efectiva para la
inflación que conciben, es el salario. Porque bajar la inflación puede ser un
objetivo, pero el blanco real es el salario, y “objetivo” y “blanco” pueden ser
sinónimos, pero no son lo mismo.
No sabemos como lo verán ustedes, pero nosotros
detectamos un patrón en todo esto. O patrones, para ser más precisos.
1 comentario:
https://www.tiempoar.com.ar/nota/para-cambiemos-enfermeros-e-instrumentadores-quirurgicos-no-son-profesionales-de-la-salud ...
siempre en contra de los mas y a favor de los menos
hoy el felino de la flora y la fauna, o sea el gato sylvestre se asombraba, ¿se asombraba' de la aparente contradicción del su equivalente mineral, por los dichos en T.L. vs. los dichos en río 4º...
ma, pero, en TL, le hablaba a los suyos, los menos, el 1% y en río 4º flan-queado por sica y rambo, le hablaba a los mas, la masa, el 99%.
este gustavito, todavía no terminó todas las clases con Norma Aleandro, una lástima, ¿o me parece a mi?
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