(*)
¿Por qué Cristina
Fernández todavía no está presa? Porque el juez Claudio Bonadio, quien tramita
la causa Los Sauces y la acaba de procesar, (para luego declararse
incompetente) cree que no se piensa fugar, a pesar de los graves delitos
que habría cometido. Y porque también considera que no tiene capacidad para
entorpecer los juicios en su contra. (Lo cual desmiente tu diez columnas
anteriores, todas sobre el mismo tema)
El fiscal Carlos Rívolo, su acusador, interpreta lo mismo. Estima que, a pesar de sus berrinches mediáticos, (¿en qué medio, Luis?) Cristina siempre estuvo ‘a derecho’. (Es que lo que importa es lo que haga en los juzgados Luis, no en Twítter o Facebook) Que nunca se declaró en rebeldía. (No se declara el imputado en rebeldía burro, lo declara la justicia si no comparece a las citaciones) Ni siquiera cuando Bonadio le hizo tocar el pianito en una pequeña sala de Comodoro Py. (Es que justamente concurrir a identificarse es demostrar que no quiere ser declarada en rebeldía)
¿Por qué Bonadio y Rívolo entienden que la ex jefa de Estado no tiene recursos para frenar su eventual condena? Porque no puede disponer de sus bienes, ni sacar plata de sus cuentas. Porque tiene todo su patrimonio embargado. (¿Cómo, no se había robado un PBI, no tenía una “central de inteligencia paralela” según vos contaste, no ponía budineras en los techos de las unidades básicas del conurbano para espiar?) Y porque no puede salir del país. Tampoco moverse libremente por la Argentina sin pedir permiso al juzgado. Es decir: su libertad está condicionada. (O sea por las restricciones que fijan los Códigos procesales para estos casos. ¿Viste que había que leerlos en lugar de decir tantas boludeces?)
Se podría entender, que, en cierto modo, Cristina goza de algo parecido a lo que se conoce como libertad condicional. (Se podría, sí. Sería una burrada absoluta, pero bueno, no le pidamos peras al olmo) Libertad condicional implica no estar encerrado en una cárcel aún después de haber sido condenado. (Ajá, acá no hay ni siquiera condena, ni un procesamiento firme porque todos están apelados. Te salteaste medio Código para la analogía, Luis) Y ésta, la de la cárcel, (¿cuál “la”, Majul, otra vez asesinando la sintaxis?) dispara otro interrogante. Desde el punto de vista de la pura realidad ¿Cristina no debería estar ya presa? ¿No debería haber sido condenada? (La pura realidad, que se mezcla con los puros potenciales de lo que no pasó en la realidad, y la pura merca que tomás. Estás re duro, Luis, aflojá un poco) Algunos expertos, como el ex fiscal de Investigaciones Administrativas, (¿Cuál, Luis? hubo como 20, algunos ya muertos) sostienen que sí. Que ella, junto a Néstor Kirchner, ya deberían haber sido condenados en 2009 o 2010, por enriquecimiento ilícito. (Ah, cambiamos la carátula ahora)
Lo que sucedió entonces fue que el desprestigiado juez,
Norberto Oyarbide, los sobreseyó y cerró la causa de manera sospechosa. (Y
el fiscal no apeló, y otos dos jueces -Ercolini y Canicoba Corral- hicieron lo
mismo en otras causas mellizas, sin que nadie apele tampoco) O mejor dicho:
resolvió no investigar, o simular una investigación que no fue. (Lo cual
sería trascendente si fuera el único juez que investigó al respecto) Algo
parecido hizo la justicia de la provincia de Buenos Aires con Daniel Scioli. Lo
sobreseyó sin investigarlo. (Decís esto basado en ¿agencia de n noticias “La
concha del mono”?)Y dando por ciertos los datos de la declaración jurada
que en su momento presentó el entonces gobernador. (Ah, como los jueces que
investigaron a Macri por los Panamá paper´s) Por eso ahora la situación
política de Scioli es la peor de todas. (¿Por?) Nada le impide
presentarse como candidato. (Una pena ¿no?) Pero una cosa es hacer
campaña con los papeles personales ordenados y otra, muy distinta, con una
causa abierta por denuncias de Elisa Carrió. (Ah, o sea que el filtro para
los candidatos opositores es el dictamen moral de Carrió) Es el equivalente
a comprarse una derrota casi segura. (Claro, como le pasó a Cristina en el
2007 y 2011, y a Macri en el 2015: las denuncias de corrupción siempre te
terminan jugando en contra en las elecciones)
Y lo
mismo se puede decir sobre Cristina Fernández como candidata. Las encuestas
demuestran que hay, todavía, (Remarquemos el “todavía”, así lo leen en
Comodoro Py y apuran las cosas) en la provincia de
Buenos Aires, mucha gente dispuesta a votarla. Sin embargo ¿a cuánto ascendería
ese porcentaje en agosto, cuando se realicen las PASO, o en octubre, después
del fragor de la campaña? (¿Al doble, Macri y su plan económico mediante¿) ¿Cuánto
le pesaría a Cristina esa mochila repleta con juicios que la muestran
sospechosa de coimera, de ser la jefa de una asociación ilícita y, en el caso
del expediente Nisman y el memorándum de entendimiento con Irán, de posible
encubrimiento y traición a la patria? (Y puteadora, y -dicen- con mal
aliento al levantarse)
Quizá porque durante los últimos días, le mostraron
resultados con estos y otros cuadros de simulación, (Ah, ya estamos a ese
nivel: simulando cuadros) y porque el humor social hacia el gobierno y la
oposición pareció cambiar después de los ‘idus de marzo’, (Es verdad: entre
los sexagenarios que añora la Revolución Libertadora y el Proceso y lamentan la
muerte de Onganía, Macri viene repuntando) es que el Presidente aparece tan
envalentonado. (En pija, digamos) Es verdad: a Mauricio Macri, durante
la última semana, se le alinearon todos los planetas. (Las ventajas de
contar con una bruja de cabecera) Recibió, como un regalo inesperado y muy
valioso, la movilización ciudadana del sábado primero de abril. (“Ciudadana”,
claro, así nada más) Capitalizó la bravuconada del secretario general del
Sindicato de Taxistas, Omar Viviani, quien salió a pedir que den vuelta los
autos de alquiler que no se plegaran a la huelga. (Tremendo, sobre todo por
la cantidad de taxis que se dieron vuelta durante el paro) Supo aprovechar
a su favor el video de las hermanas dueñas de una estación de servicio en Lomas
de Zamora, quienes pusieron en evidencia el lado oscuro de las patotas
sindicales que operan para impedir la libertad de trabajo. (Tedible, decí
que no hay videos de milicos y gendarmes cagando a palo a mujeres y docentes,
ah, no, pará...)
Puso en marcha, en la General Paz y la 197, el protocolo
antipiquetes (No, porque ahí decía que tenían que dialogar con los
manifestantes, labrar un acta y correr traslado de sus reclamos a las
autoridades competentes, nada de lo cual hicieron: los cagaron a palos, y
listo) y así demostró que sus fuerzas de seguridad (¿Cómo “sus” Luis, no
son del Estado, hay milicias privadas o grupos parapoliciales?) pueden
desbloquear los accesos a la Ciudad sin provocar un baño de sangre. Como si eso
fuera poco, Cambiemos recibió un nuevo espaldarazo social al alcanzar los 4
millones de me gusta la potente idea del #yonoparo. (¿Es joda esto, no,
todavía no entendés como funcionan esas cosas? Jodéme que te quedás
preguntándote porque no fue a la presentación de tus libros toda la gente que
te pone “Me gusta” en Facebook) Pero además de eso, el gobierno debería
agradecer el inestimable y muy valioso apoyo de gente como Fernando Iglesias,
autor del libro "La década sakeada", de Juan José Campanella e
incluso del actor Alfredo Casero, (En serio Luis, aflojá con la merca,
sacáte para protegerte: entre los tres no suman cuarto voto a los que Macri ya
tiene) quienes se transformaron en voceros no oficiales de una buena parte
de quienes votaron al oficialismo. (Avívate zonzo, estás perdiendo primacía
en la bragueta presidencial)
Sin embargo Macri, ahora mismo, debería tener mucho cuidado. (¿Tendría
que intentar no hacerse tanto el pija, decís?) No debería, por ejemplo,
confundir el genuino hartazgo de quienes salieron a la calle preocupados por la
vuelta al pasado, con un apoyo irrestricto a su gestión. (Ah, o sea que la
cosa estaría a un tris del “Que se vayan todos”) Debería evitar, para que
no se interprete como una provocación, el contenido de videos donde agradeció
la movilización del sábado primero de abril destacando que no lo hicieron
porque los llevaron en micros o a cambio de un choripán. (Es que si los
evita esos que se movilizaron lo cagan puteando Luis ¿no te lo explicó
Marquitos Peña?) Ahora que las encuestas le volvieron a sonreír, (¿Las
encuestas en las que le simulan
cuadros?) el peor error que podría cometer el Presidente es el de creer que
los argentinos cambiaron a una líder mesiánica por otro más canchero y más
cool. (Sobre todo porque haciéndose el canchero y cool da más bien boludazo)
El más grave error que podría es el de caer en la arrogancia y la soberbia.
(Eso, que sigan tan humilde, abierto y tolerante como viene hasta ahora)
A esta película ya la vimos. Y la vimos hace muy poco. La
vimos cuando el propio jefe de Estado anticipó que estaba al frente del mejor
equipo de gobierno de los últimos 50 años. (Claro, hace apenas 15 meses)
La vimos cuando dijo que la economía iba a crecer de manera vigorosa, y de
inmediato. (Como una erección, digamos. Faltó un Viagra ahí) La vimos
cuando habló del famoso segundo semestre. (Pero nunca aclaró de que año,
digamos todo) La vimos cuando vaticinó que las inversiones iban a ser
multimillonarias y casi instantáneas. (Las que vinieron son instantáneas: un
día vienen, hacen la bicicleta y al otro se van) Ahora Macri y también la
gobernadora María Eugenia Vidal acaban de hacer otras dos grandes promesas de
campaña preelectoral. (Basados en su escrupuloso cumplimiento de las
promesas hechas en la última campaña, claro) Ambos se mostraron dispuestos
a combatir a todas las mafias. Las de los sindicatos, aunque escondan sus manejos
corruptos detrás de una legítima defensa de los trabajadores. La de los
empresarios prebendarios y subsidiados, (Ja ja ja ja ja, buenísimo Luis,
ahora contáte uno de periodistas que rechazan pauta oficial) quienes se
llenaron de dinero con Néstor y Cristina y ahora no se bancan competir. (¿Estamos
hablando de Caputo, Calcaterra y Franco Macri? Porque Lázaro Báez está en cana)
La de los inflitrados (¿los infiltrados a los que les echaron flit serían? Instalá un corrector en la compu, Luis, lo podés bajar gratis) en los piquetes, quienes se esconden detrás de justos reclamos para buscar un muerto (¿los tipos que manda Stiuso, ya se le dieron vuelta al gobierno?) y poner en vilo al gobierno que apenas cumplió los quince meses. (Eso, apenas lleva la tercera parte de su mandato, ¡dejen gobernar, kukas!) Sería bueno, entonces, que además de intentar acelerar el crecimiento de la economía (primero tendría que probar con intentar que arranque, lo de “acelerar” después lo vamos viendo) para que llegue a la mayor parte de los argentinos, el gobierno no use la energía de la gente que los apoya solo como un instrumento para ganar elecciones. (Pero claro, esperá que anoto y voy y se lo comento a Durán Barba) Es decir: que llegue a fondo en su promesa de combatir a las mafias, (O sea, que apriete a los jueces para que pongan presa a Cristina) sin especular con el resultado de las últimas encuestas de ocasión. (¿Son como las liquidaciones las encuestas?)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
4 comentarios:
Luisito ya entraría en la categoría de pelotudo atómico.
La duda trepidante que me queda y que espero que Luis me aclare en próximas entregas es: si Cristina no puede disponer de sus bienes ¿con qué paga los cientos de millones que cuestan los micros, choripanes, vino y demás vituallas que le cuestan las marchas multitudinarias? ¿Qué dirá "la pura realidad", según Luis?
Tengo la sospecha. que ustedes son muy duros con el pobre luisito, no creo que se haya pasado de merca, o que la misma sea de muy alta, o pésima, calidad. Más bien digamos que está en pleno sindrome de abstinencia y, obviamnte, el cuadro incluye delirios y alucinaciones.... piedad para el pobre enfermito, no es él, es ese sindrome....
A mi Adriana me quedó flotando una pregunta que solo Luis Majul puede responderme con sus sólidos conocimientos de los códigos penales y procesales:
cuando dice que Néstor tendría que haber sido condenado en 2010.
¿Condenado antes o después del 27 de octubre de ese año?
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