LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

miércoles, 3 de octubre de 2018

EL REHÉN


El principio de todo fue cuando Gerardo Morales mandó a la justicia de su provincia a detener a Milagro Sala y otros compañeros y compañeros de la Tupac, por un acampe frente a la casa de gobierno. Jujuy se perfilaba por entonces como el laboratorio de ensayo de lo que luego vendría para todo el país: la cacería judicial de los opositores al gobierno, llevándose puestas en el camino las leyes y garantías constitucionales.

Pero el proceso tuvo un hito decisivo el 25 de octubre del año pasado, cuando la Cámara de Diputados privó de sus fueros a Julio De Vido, por “inhabilidad moral”, en los términos del artículo 66 de la Constitución; pese a que por entonces en las causas en las que se requería su desafuero (una de ellas a cargo del inefable Bonadío) no había sido indagado ni procesado, ni se le había dictado la prisión preventiva.

La “inhabilidad moral” fue el atajo que encontró el oficialismo para excluir de su banca a un diputado opositor votado por el pueblo, en la misma Cámara que tiempo después se negaría a desaforar a la chaqueña Aída Ayala, pese a tener indagatoria, procesamiento y auto de prisión preventiva confirmado, por lavado de dinero. Zigzagueante la moral de “Cambiemos”, parece.

Pero el desafuero de De Vido (que requirió de los dos tercios de los votos de los miembros presentes) no hubiera sido posible sin el concurso de buena parte de la oposición, y -también hay que decirlo- sin la cobardía del bloque kirchnerista, que no bajó al recinto a defenderlo; acaso pensando que todo terminaba en él y la cacería se detendría allí, o vaya uno a saber basados en que razonamiento, que el tiempo demostró equivocado. Incluso hubo alguno del bloque (como la rionegrina María Emilia Soria) que votó a favor del desafuero.

En la defenestración de De Vido se prendieron todos: el “peronismo racional” con “Sanguchito” Bossio a la cabeza, el massismo con el propio Massa, Graciela Camaño, Felipe Solá (los dos últimos, justificando su postura en los medios hace muy poco), Facundito Moyano y el hijo de Lavagna incluidos, la “sorora” Vicky Donda y el otro diputado de Liebres del Sur, Stolbizer, Daer (el del triunvigato de la CGT), Binner, Ciciliani y el resto del bloque socialista, los tres diputados del bloque de la izquierda y hasta Alcira Argumedo, hoy una virtual kirchnerista tuitera. El acta completa con la votación, acá.

Todos ellos, ellas y elles son -en consecuencia- tan responsables como el oficialismo de que Julio De Vido sea hoy un preso político del régimen macrista, en una causa basada en una pericia trucha según se revelaría luego en el juicio oral; y por carácter transitivo, son también responsables de la cacería judicial de opositores que se desató desde entonces, alentada por el precedente; que algún día podría volvérseles en su propia contra.

Corridos por los medios (como siempre), asustados por un posible carpetazo en su contra, o especulando con capitalizar electoralmente el descrédito del kirchnerismo por las denuncias de corrupción (como pasó con la proscripción del peronismo luego del golpe del 55’), por lo que fuere, todos los que ese día levantaron la mano son cómplices de lo que pasó con De Vido, y de lo que vendría después; máxime cuando para peor casi ninguno de ellos trate de tomar distancia de la fase actual de la cacería, porque está haciendo blanco en Cristina, con el ánimo de sacarla de la cancha electoral.

Estas cosas hay que recordarlas no para echar sal en las heridas de nadie, ni torpedear los intentos de unidad opositora, sino para que después no nos sorprendamos si aparecen Massa o Urtubey a decir que hay que quitarle los fueros a Cristina, para que vaya presa; mientras algunos hacen malabares teóricos para incluirlos -a como dé lugar- en esos intentos.

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