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La tapa de Clarín de hoy es un claro ejemplo de como funciona el esquema de impunidad mediática que el GDA otorga a Mauricio Macri, en tanto esperanza blanca de la oposición para enfrentar al kirchnerismo de cara al 2015.   

El hecho periodístico concreto -del cual el diario debe informar, aunque puede elegir que enfoque le da, o como lo prioriza sobre otras noticias- es el aumento de la tarifa del subte porteño que decidió Macri: un 127 %, de un día para otro, luego de haber recibido el servicio de manos del Estado nacional; y pese a que éste mantendrá la mitad del subsidio por lo menos por un año.

Clarín lo relega a un plano marginal, ni siquiera menciona que fue Macri el que dispuso el aumento, ni tampoco a cuanto estaba antes el boleto.

En cambio pone como título principal de la tapa algo que todavía hoy no es una noticia, porque no ha pasado: que aumenten las tarifas de otros servicios (colectivos y trenes), en este caso por decisiones del gobierno nacional.

El propósito es claro: minimizar el impacto negativo de lo que Macri ya decidió, contraponiéndolo con algo que Cristina y su gobierno todavía no decidieron.

Si finalmente sucede y las tarifas de trenes y colectivos aumentan, Clarín podrá vanagloriarse de haber tenido la primicia, algo así como "nosotros se los dijimos"; y a su vez parecerá que el gobierno aumentó dos veces las tarifas: cuando lo anticipó Clarín, y cuando efectivamente pase.

Y si no sucede (vemos la desementida del Secretario de Transporte de la Nación), la tapa busca el propósito de meterle en la cabeza al tipo que putea por el nuevo precio del boleto de subte que el aumento de Macri no es tan malo, porque todo aumenta, y a Mauricio no le queda más remedio que seguir la corriente.

De hecho, no pocos porteños deben creer que el aumento del subte fue consensuado entre Macri y el gobierno nacional al acordar el traspaso, o que el Jefe de Gobierno no tuvo más remedio que disponerlo, porque el kirchnerismo le tiró un problema por la cabeza; sin los recursos para hacerle frente.

Afortunadamente, el 23 de octubre demostró que estas estrategias no tienen demasiado efecto más allá de los límites de la General Paz.